Tras la última crisis económica, de la cual todavía estamos saliendo por más que quieran hacernos creer que ya ha pasado,las

personas de mi edad, que en los últimos 15 años -es decir, más o menos desde los 45-, pasamos a ser un colectivo invisible para la industria: los más afortunados a duras penas hemos podido enlazar un par o tres de años de trabajo con contratos precarios e ínfimas condiciones laborales, y teniendo que aceptar ver rebajada nuestra categoría profesional, sobre todo en el sector servicios, en mi caso la hostelería.

A la hora de gestionar nuestra pensión, ya sea por incapacidad laboral o por estar en edad de jubilación, te encuentras con la sorpresa de que la cuantía de la misma apenas da para pagar el alquiler de la vivienda, debido a que el Estado recoge los últimos 10 o 12 años cotizados, como máximo 15, quedando en el limbo los más de 30 que has cotizado con anterioridad.

Que después de cotizar 36 años te quede una pensión por incapacidad de 556 euros me parece una injusticia que clama al cielo, sobre todo viendo lo que les queda a algunos políticos, que no han cotizado en su vida, salvo las dos legislaturas aferrados a la poltrona. Desde aquí quiero emplazar al Defensor del Pueblo para que tome cartas en el asunto y se haga justicia a todos los hombres y mujeres que desde bien jovencitos hemos sacado este país adelante y que ahora prácticamente vivimos en la indigencia.