Por si le hubieran metido pocos goles a la Justicia en los últimos tiempos, hemos visto salir del juzgado a un Cristiano Ronaldo sonriente y diciendo que todo era perfecto, después de cometer un fraude de ocho cifras, mientras que otros, por robar mil veces menos y movidos por la necesidad, se pudren largos años en la cárcel.

Me recuerda a cierto dimitido estadista que, después de hacerse aplaudir diciendo que la Justicia era igual para todos, aclaró que con eso no se refería a su yerno. No es que en España la Justicia sea un cachondeo, según la famosa frase de otro político, sino que está muy bien organizada en favor de los de arriba.