La calidad de la Liga española de fútbol está entre las mejores del mundo. Por ello resulta inaudito que sea la única de las grandes ligas sin apoyo de la tecnología. La aplicación conocida cómo ojo de halcón, que decide con precisión matemática si ha sido o no gol, bien podría evitar -de una vez por todas- las múltiples polémicas que se originan en la temporada.

Pues, al igual que pasó en la disciplina deportiva del tenis hace ya una década, supone una inestimable ayuda para los árbitros, que tienen que decidir en momentos puntuales situaciones complicadas. Como la del reciente partido entre los dos equipos que encabezan la Primera División, en la que el árbitro no dio como gol un balón que entró y que, en la Champions League habría subido al marcador. Y es que, además de resaltar la lección de humildad del míster azulgrana a sus jugadores, ante el garrafal error arbitral por el gol fantasma que tanto les perjudicó, una implantación tan valiosa que dé soporte tecnológico a los 42 equipos de fútbol profesional de nuestra liga, no debe desecharse por mero tema económico.