El discurso presidencial de Puigdemont no tiene desperdicio si fuera un auténtico jefe de Estado en el exilio, o que en España pasase como en Venezuela que tiene una dictadura camuflada en democracia, que es el mito que sostiene el 48% de catalanes con el 155.

Al escucharlo, me evocó a Valle Inclán con su obra Luces de Bohemia en la cual desarrolló la teoría del esperpento y en este caso en su república virtual catalana, digo lo de virtual ya que la CUP planteaba otra hoja de ruta para la DUI y que luego lo rebajó para no hacer más daño de lo normal a Jordi Sánchez, si la justicia le da permiso para ir al parlamento y al consejo de consejeros y tendría que hacer una política moderada llorando a Montoro para tener más dinero para sostener lo que administra la Generalitat por competencias autonómicas.

Antiguamente se decía por pasar políticas territoriales al ámbito estatal que España estaba gobernada desde Cataluña y ahora creo que Cataluña está gobernada desde Bélgica ya que el presidente independista será marioneta de Puigdemont.

Me pregunto: ¿Habrá control de cuentas para evitar que se haga una partida para sostener el gobierno de la República virtual catalana y su presidente telemático?