Qué está pasando con la medicina? Vamos a la farmacia a por cierto medicamento y nos dicen que ya no lo sirven. Los farmacéuticos no tienen la culpa, ya lo comprendo. Pero, cuando vas a la farmacia a por la medicina y te dicen que no se la mandan ya y que vayamos al médico a que nos pongan otra medicina similar, nos preocupa, porque te preguntas si esa otra medicina que te recete el médico va a estar en la farmacia o va a dejar de estar pronto.

He ido a una farmacia, mejor dicho, a dos farmacias, por si la primera daba error, y muy amablemente me han dicho eso, que no hay el medicamento solicitado y no se sabe cuándo lo va a haber. Y uno, lo acepta, ¡qué remedio! Pero por si acaso voy a otra farmacia, y lo mismo, y uno ya, comenta algo sobre el estado de la sanidad, no con ánimo de fastidiar, sino como signo de preocupación, quizá mal disimulada, y el farmacéutico o la farmacéutica, que puede que pese a su amabilidad, estén hartos de escuchar este tipo de comentarios, nos dicen, que sí, que las cosas en este tema no andan muy derechas y por las trazas no tienen pinta de enderezarse pronto.

Pero los farmacéuticos, personas de naturaleza amable, no tienen la culpa. Nosotros, los usuarios de la medicina, tampoco. Así que pese a los inciertos pronósticos de dichas carencias, esperemos que de todas formas, el asunto, (no quiero decir, “el problema”, que alarma un poco la palabra) se solucione pronto.