En 1945 terminó la segunda guerra mundial y empezó la reconstrucción de Europa. Siguieron más guerras locales y cabía esperar una tercera guerra mundial, pero nos ha llegado una pandemia, sin destrozar edificios pero con muertos en todo el mundo. En nuestro país lo estamos sufriendo y los políticos no se ponen de acuerdo: los mensajes a la población no son claros. Nos anticipan confinamientos de fines de semana e incluso de 15 días. No hay médicos suficientes, las PCR tardan una semana, están desbordados los laboratorios y los afectados tienen que confinarse sin saber si tienen o no el virus. ¿Tan difícil es planificar, ejecutar y controlar? Mientras, varios políticos acuden a una fiesta entre ellos el ministro de Sanidad. Magnífico ejemplo. Y empiezan los disturbios en las calles y el hambre en muchas familias. Por favor, envíen indicaciones claras, sobre todo a aquellos que no ven la televisión ni leen periódicos. Inviertan en Sanidad antes de que las ucis colapsen. Esto es una guerra y no queremos morir.