El sábado, 19 de mayo, mi hijo, de 15 años, acudió al Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (MNAR) con una amiga de la misma edad. La taquillera les denegó la entrada, arguyendo que eran menores.

Se da la circunstancia de que los dos chicos habían estado toda la mañana visitando varios monumentos romanos con control de acceso. Pues bien, en ninguno de ellos les habían prohibido el paso.

En concreto, estuvieron en la casa de Mitreo, el Circo Romano, los Columbarios, el Teatro Romano y el Anfiteatro, entre otros. Ellos subrayan, además, que en estos sitios les recibieron con mucho agrado.

Cuando, poco después, yo pregunté en la puerta del Museo Romano, me respondieron que «eran las normas». Y, la verdad, lo único que yo vi que establecen las normas es que es «gratis para los menores de 18 años», pero en ningún momento indican que tengan que ir acompañados por un adulto.

Termino: Me parece sorprendente que a un chico de 15 años, alumno de 3° de la ESO, que viene una amiga a verle desde lejos, y que deciden hacer algo más que ir a un restaurante de comida rápida... no les otorguen capacidad suficiente para comportarse visitando este magnífico espacio cultural. Que yo sepa, el MNAR tiene una buena plantilla de cuidadores. ¿De verdad creen que así van a conseguir que los más jóvenes se acerquen a los museos?

En fin, quede aquí constancia de mi amarga queja por esta absurda normativa.