Yo reciclo, no me disparéis con esa pistola de culpabilidad que empuñáis contra aquellos que no reciclan o que no se preocupan por el mundo. Solo falta entender los porqués, esa cosa tan sencilla y necesaria. Empezaré diciendo que, aunque toda España recicle, un supermercado va a generar tantos residuos en un día como nosotros en un año entero sin reciclar. Estas marcas ecológicas o de proximidad que se venden como sostenibles, cumplen cuatro o cinco funciones con las que pueden decir que son «el cambio». ¿Qué cambio? El de la sobreproducción de todas las grandes empresas que acaban tirando tanta comida que podríamos alimentar a toda la gente que, por desgracia, vive sin poder prácticamente comer o en la calle. Mientras, nuestros gobiernos nos dicen que van a proponer un país más adaptado para luchar contra el cambio climático, un cambio que sí sigue avanzando y que, aunque yo recicle, no se para. Me cansa oír frases como «si no reciclas el mundo va a mal». Siento ser así de desagradable, pero me cansa esta imagen de superioridad basada en un mensaje y no en una realidad.