Algún augur ha embelesado al PSOE vaticinándole un rotundo éxito electoral si posterga el socialismo, se olvida de alianzas con la izquierda y ocupa el nicho de centro que Cs ha desechado en su galopada ultraconservadora.

Y a la espera de que un ataque de cordura in extremis logre el pacto, las negociaciones siguen enca(na)lladas abocándonos a una disolución anticipada de las Cortes y a otra convocatoria electoral que, exceptuando algún trasvase de papeletas, revalidará lo votado en abril. Si bien ahora, con el efecto Vox atenuado y la izquierda atribulada por la falta de acuerdos, aumentará la abstención haciendo posible que la derecha sume. Así lo creen los conservadores que hace días que pulen y lubrican su maquinaria electoral, antes dopada, moderando su discurso de crispado a responsable.

¿Por qué nos obligan a acudir a las urnas para consultarnos otra vez? ¿Por qué le brindan esta oportunidad a Casado?

El pueblo habló en abril. Hagan política y no electoralismo. ¡Pacten y gobiernen!