EDUCACIÓN

Respetar la pluralidad religiosa

Karl Marx cuando diseñó un sistema social de bienes comunitarios excluyó la religión por su forma alienativa y adoctrinamiento. Cuando se puso en práctica a partir de 1917, se empezó a sustituir a Dios por el dios patria y los valores morales son los que manan del Estado. Todos los regímenes dictatoriales tienen la misma tendencia. Con la eliminación de la clase de religión, el gobierno quiere reemplazar dicha asignatura por otra que se inculca y potencia los valores morales que ellos creen que son buenos y pueden chocar con valores de otras ideologías y morales religiosas, quitando a los padres su papel fundamental de educación en valores. Con Zapatero hubo un tiempo que se intentó: Fernández de la Vega fue por institutos hablando de las excelencias de un matrimonio de personas del mismo sexo. Cuando hay personas que pueden ser objetivas y puede hablar de motivos a favor y en contra. El Estado va en una sóla dirección y no hay respeto a la pluralidad ideológica. Prefiero una clase de ética de convergencia (potenciar los valores comunes de todas las ideologías y religiones) antes de volver a un espíritu nacional que de 1939 a 1975 tenía un barniz religioso y ahora será de barniz neomarxista y que tienen en común de la creación de la persona bajo el molde y piñón fijo del Estado: Esto implica una carencia de libertad de los padres en educar a los hijos según su perfil ideológico natural, ya que el Estado incide en los valores que debe transmitir guste o no a los padres.

HOSPITAL DE CÁCERES

Réplica al consejero de Sanidad

Eduardo Corchero Rodríguez

Médico jubilado. Cáceres

En relación a las palabras que el Sr. consejero de Sanidad refiere a mi persona en ese diario, de fecha 17/01/2020, cuyo artículo firma la periodista Sira Rumbo y que trascribo literalmente: «Y criticó además que el cacereño y médico jubilado, Eduardo Corchero, acudiera a la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo para que se investigue el uso de los fondos europeos en el nuevo hospital». «No es lamentable, es de un insulto manifiesto a los extremeños», sentenció.

Siempre he mantenido un trato cordial con el Sr. consejero, lo cual no es óbice para discrepar de sus opiniones y quiero recordarle que hace ahora un año aproximadamente mantuvimos un amplio debate en el Colegio Oficial de Médicos de Cáceres, donde si mal no recuerdo halagó mis oídos en presencia de otros compañeros. No sé si en esta ocasión su altanería o ignorancia le ha jugado una mala pasada.

No entraré en la conflictividad jurídica que la Junta y las constructoras tienen; ni en el contenido del derecho a la salud, que es lo que se reivindica solicitando la segunda fase, puesto de manifiesto a lo largo de estos años, aunque no puedo obviar las alusiones personales del consejero, ahora también vicepresidente de la Junta, que critica que un ciudadano haya ejercido el derecho de petición, y le recuerdo:

--Que el derecho de petición es reconocido como derecho fundamental en nuestra Constitución (no solo ahora, sino en todos los textos desde 1837), y también en todas las Constituciones de los Estados Democráticos y en el Derecho de la Unión.

--Que la democracia se basa en la soberanía popular, que elige a sus representantes y participa en los poderes públicos a través de diversas formas, entre las que se encuentra el derecho fundamental de petición que he ejercido.

--Que los derechos fundamentales son las garantías de las libertades en un Estado Democrático. Así que no quiero pensar que el consejero quiera negar o criticar el ejercicio de los derechos fundamentales a un ciudadano porque estaríamos hablando de un régimen político no democrático. ¡Cuidado! Pues parece estar entrando en un terreno resbaladizo.

--Que en esta época de la transparencia en la actuación pública un representante se ponga nervioso porque un ciudadanos y las instituciones le pidan explicaciones, siendo su obligación darlas, dice mucho, o muy poco, de la idoneidad para ocupar cargo público. Y eso sí que es una vergüenza para los extremeños.