Leemos en el Periódico Extremadura (21/10/20) el éxito de la actividad, organizada por la Mancomunidad del Valle del Alagón recientemente, en torno a la «Ruta de las Tumbas», en términos de Calzadilla de Coria. Pero lo que no es de recibo es que se cataloguen de prehistóricas a todo un conjunto de sepulturas excavadas en la roca que pertenecen a etapas claramente históricas. Este tipo de enterramientos hay que asociarlos con los períodos tardoantiguo (siglos V-VII) y altomedieval (siglos VIII-X). Entrar en las páginas web de algunos Ayuntamientos y Mancomunidades y detenerse ante los apartados destinados a la Historia de la zona es asistir a un rosario infumable de anacronías. O echarle un vistazo a los grandes carteles que acompañan a algunos monumentos de nuestros medios rurales. Tales instituciones ni siquiera disponen de cartas etnoarqueológicas, donde figuren, con rotunda claridad y rigurosidad histórica, los vestigios de sus términos que no pueden alterarse ni destruirse. Hacer un listado de los atentados histórico-arqueológicos que se cometen cada año, de palabra o de obra, por nuestras ruralidades nos llevaría a llenar muchas cuartillas. Lamentablemente.