Yo soy de la generación millennial. Y por desgracia, para gran parte de la sociedad esto significa que carezco de valores, que internet me ha robado la palabra y que la estabilidad no forma parte de mi vida. Sin embargo, yo nos veo como la generación que se atreve a cuestionar las cosas que más arraigadas están en la sociedad.

Sí, somos a los que les llaman pesados por cuestionar el sexismo de la lengua castellana, empezando a utilizar un «vosotras» ante un público mayormente femenino. Los que tienen como compañeros a perros y gatos en las oficinas, porque hemos comprendido la necesidad mutua que tenemos el uno del otro. Los que dejan de poner etiquetas a las personas por sus preferencias sexuales, y cuestionamos el binarismo de género.

Creo que esta generación está haciendo grandes cosas. Y lo mejor de todo es que también educamos a nuestros hijos para que las sigan haciendo. Hoy estoy orgullosa de ser millennial.