El Vaticano acaba de condenar la pena de muerte, siendo casi el último de los Estados que se suele considerar civilizados. Ya estuvo a la cola de los que condenó la esclavitud. Todavía no ha firmado el acuerdo de la ONU sobre los derechos de las mujeres ni de los trabajadores. Firmó, sí, el de los niños, pero ya ha sido condenado por la ONU por la pederastia. Y no hay manera que arregle, como los demás países europeos, su Banca Vaticana, refugio de tanto dinero negro e incluso del sangriento de las mafias. ¿De verdad alguien que haya leído con un mínimo de seriedad el Evangelio puede creer que el Vaticano representa a Jesús? Si yo fuera cristiano, lo primero que haría sería denunciar ante la Justicia a ese que -como otros grupos «cristianos»- todavía, en este siglo de Internet, se enriquecen a costa de la ignorancia y los miedos supersticiosos de millones de personas, falsificando la marca «Jesús» para sacar provecho propio, que es la definición que da el código penal del delito de estafa.

carta a liberbank

La cabeza del Bautista

Juan Hernández Ortega

Valencia de Alcántara

En los años sesenta, siendo muy joven, ya era cliente de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cáceres. Su oficina en Valencia de Alcántara estaba en el paseo de J. Antonio, en la entonces llamada «acera del amor», lugar de reunión y paseo de la juventud valenciana. Dirigía la oficina don Antonio Ávila. Nos atendían Marín y Juan con amabilidad familiar en todo momento.

Llegó la emigración tanto interior como exterior español, con todo lo que ello significa. Años después yo conocí Caja Extremadura, oficina en la antigua panadería Yole de la familia Piris, apreciada por los valencianos. Entre otros dirigió dicha oficina bancaria don Manuel Correa, buen recuerdo de su trabajo, amable y servicial.

Caja Extremadura se integra en Liberbank, normalidad y rutina diaria, pero a últimos de 2017 tengo el ofrecimiento por parte de la directora de la oficina de Liberbank, Judith Alfageme, de hacer inversión de cierta cantidad de dinero. Le comento que tengo mi propio plan de inversión de mis ahorros en el exterior de Extremadura por lo cual voy a necesitarlo a corto plazo, por ello no merece la pena hacer cualquier tipo de operación. Me dice que «eso no importa. En todo momento que yo necesite mis ahorros podré disponer de lo que necesite, no hay problema».

A primeros de este mayo pasado, según yo tenía pensado gestionar compras fuera de Extremadura y debo disponer de mis ahorros, hablo con la directora de la oficina bancaria. Todo parece ir con normalidad. Hago las operaciones que preciso y a la hora de pagar por transferencia, Liberbank me cobra 170 €. Pregunto por qué se me cobra por gestiones que antes no me cobraban. Yo, ignorante, se me contesta que es política de la empresa y que tendré que reclamar.

Con toda una vida como cliente tanto de Caja Extremadura como de Liberbank, en la emigración y como jubilado, no creo merecer el maltrato económico por parte de nadie, así como creo que no seré un caso único en el que se haya metido la mano en los escasos ahorros de los jubilados y me queda la sensación de ser una víctima más de Herodes Antipas.

oriente próximo

Pasividad internacional

Juan Salvador Grau

Barcelona

Y vamos por el tercero. Primero el gueto de Gaza, luego la expansión territorial en Cisjordania para evitar los dos estados y ahora la proclamación del estado judío para discriminar a los demás. ¿Hasta cuándo aguantará la opinión pública europea para pedir un boicot al Gobierno de Israel? Estoy en contra de cualquier violencia, pero también es violencia ocupar un territorio en contra de las resoluciones internacionales y no buscar un acuerdo con los dos estados y que cuente con el apoyo internacionalmente. Me sorprende la pasividad de la comunidad internacional.