Mamá, amor incondicional que hoy quiero gritar a los cuatro vientos. Quizás, no esperabas adentrarte entre mis letras pero ojalá sean precisamente esas letras las que se graben en ti.

Única persona a la que puedo sentir estemos a un metro o a diez mil kilómetros de distancia. Cerrar la maleta y llevarme un pedacito de tu corazón.

Mamá, esa palabra que conlleva asociada la definición de amor a primera vista. Cuatro letras que me abrazan todas las noches. Paciente cuando los nervios me desbordan y consejera cuando los problemas y las dudas me persiguen.

Adivina en multitud de ocasiones. Hay un hilo de conexión que une nuestros pensamientos. Algunos dicen que es simple telepatía.

Yo, en cambio, prefiero pensar que hay algo más que nos mantiene unidas después de cortar el cordón umbilical. Siempre decimos que si hubiera otra vida anterior seríamos gemelas.

¡Tenemos tantas similitudes!

Mamá, gracias por estar siempre (en las buenas y en las malas), por ser un ejemplo para mí, por ser mi mayor orgullo, guerrera y heroína de la vida. Por ser culpable de mis sonrisas. Gracias infinitas.

¡Y mamá, felicidades hoy y siempre!