Cada vez es más común ir a bares o restaurantes no solo a comer sino como una forma de ocio, como ver un partido de fútbol o celebrar algún acontecimiento. Muchos de estos locales completan su aforo y a veces prevalece la rapidez ante un buen servicio, lo que se traduce en un descuido en la limpieza y la calidad. Invito a reflexionar sobre el hecho de que, aunque en ocasiones haya mucho trabajo, es imprescindible una buena limpieza para evitar posibles intoxicaciones y una mala calidad.