CONFINAMIENTO

Ni vacaciones ni una condena

Jordi Solans

En estos días entre paredes, pitis en la terraza y largos paseos al perro, un temor prevalece al resto. Me refiero a algo tan presuntamente anodino como el miedo al aburrimiento, al cual ahora nos vemos abocados. Entre la sobredosis informativa, abundan consejos sobre cómo superar este trauma colectivo que supone tener que quedarse en casa. Interminables listas de series, sorteos de suscripciones a Netflix y PornHub, stories plagados de vídeollamadas entre amigos, grotescos memes de supermercados y raves en los balcones. Ante este pastiche de ofertas, me pregunto en qué momento desaprendimos a estar solos. Me pregunto, también, cuándo fue que nos hicimos esclavos de nuestro ritmo de vida, y pienso: ¿Qué es el aburrimiento sino un bonito incentivo para buscar nuevos estímulos? ¿Qué es el confinamiento sino la libertad para contemplar nuevos horizontes, o para revisitar aquellos que habíamos olvidado? Ahora me pregunto, y os pregunto a todos vosotros: ¿cuánto hace que no echáis esa partida de ajedrez con vuestro padre? ¿Cuánto hace que los macarrones que comes no son un mérito compartido? ¿O que no abres ese polvoriento libro que siempre has pensado en acabar? ¿Que el ventilador de la terraza no funciona? ¿Que tu gato toquetea tu pierna para que juegues con él? ¿Que no abres esos álbumes antiguos, de cuando aun no había gigas que llenar? ¿Que no estudias algo por tu cuenta? ¿Que no llamas a tu abuela? ¿Que no escribes? ¿Que no creas? ¿Cuánto hace que...? Y ahora, deja el móvil un momento y deja volar tu mente, mira a tu alrededor y date cuenta de que esto no son unas vacaciones, pero tampoco una condena.

CRISIS DEL CORONAVIRUS

Las falacias de Torra

R. L.

Médico

Señor Torra, soy médico de primera línea. Vi con perplejidad su entrevista en la BBC. Me sorprendió que afirmara que le habían hecho la prueba del coronavirus cuando solo tenía tos y congestión, pero no fiebre. ¿Sabe que hay muchos profesionales con más síntomas que usted, y con fiebre, que llevan esperando en sus casas varios días sin que se les haya hecho la prueba todavía?

Me apena y me disgusta que mezcle cosas: que los expertos y científicos le dicen que confinen a la población en casa (le recuerdo que ya estamos confinados), que si cerrar los aeropuertos... Daba la impresión de que, en ocasiones, no entendía bien a la entrevistadora. Me sorprende que diga que tiene menos competencias porque las ha centralizado el Gobierno español y que están presionando para conseguir pruebas, respiradores... Lo mezcla todo. Me apena que afirme en una televisión extranjera que el sistema sanitario se colapsará; espero que esté tomando medidas para que no ocurra. Pero permítame que le diga que el sistema sanitario en Cataluña hace bastante tiempo que está colapsado: la atención primaria, la especializada, la hospitalaria; sí, hace tiempo. Pocas semanas atrás, ustedes afirmaron que estaban preparados para esta pandemia, una gran falacia. Nadie estaba preparado, aunque se debería haber aprendido antes de otros países y haber tomado medidas. ¿Ya tiene conocimiento del aumento del malestar psicológico de las personas?

Señor Torra, el único camino es la unión, en estos momentos todos valemos lo mismo; no es el momento de circos. Me despido de usted deseándole una pronta recuperación y haciéndole una petición: ¿por qué no se calla?

Petardos no, por favor

Sergio Corbalán

Sanitario

Trabajo en una uci de un hospital. Estos días estamos viviendo unos momentos de excepción que a todos nos afectan y conciernen. Los sanitarios estamos en esta guerra en primera línea de fuego, y después de turnos largos, stocks de material y protecciones casi a 0, impotencia, agotamiento y muchas ganas de que esto se acabe, agradecemos el apoyo de toda la población. Lo que también agradecería es que no tirasen petardos estos días. Nuestros perros se ponen nerviosos, se asustan y chillan. Además, cada día esas bombas de gratitud nos despiertan dos horas antes de empezar la lucha a los del turno de noche. Entiendo que se hace con buena fe y como reconocimiento, pero pensad los que trabajáis de mañana que os despertaran cada día a las seis con un petardazo. Seguro que lo comprenden. ¡Gracias por el apoyo!