CORRIDAS DE TOROS Y PELEAS DE GALLOS

Vargas Llosa y el maltrato animal

Miguel Fdez-Palacios Gordon

Se congratula el Premio Nobel de literatura (El País, 1/03/2020) de que el Tribunal Constitucional de Perú rechace prohibir, como pedían los «fanáticos animalistas», los toros y las peleas de gallos porque es tradición y «esencial de su cultura» y, en un discurso que nada tiene que envidiar al de Vox, añade que detrás de todo ello «está el desprecio por la libertad» porque se pretende «domesticar el pensamiento y la libre elección de los ciudadanos». Además, en una pirueta desatinada, compara el lacerante coso taurino con una «sala de conciertos o un ballet». No podía creer que este pensamiento tan pueril, insensible y faltón brotara de la ilustre mente y brillante pluma. Don Mario, creo que lo fanático es tratar de justificar como espectáculo festivo la tortura de un animal para buscar el propio divertimento. Los animales, al igual que usted y yo, son seres vivos que sufren y sienten dolor. Es ridículo argumentar que es tradición, pues en las plazas públicas de muchos países y en su nombre se justifica la mutilación de manos a rateros o el inmisericorde azote y lapidación de mujeres acusadas de adulterio. Asimismo, perplejo me dejó su desatino al utilizar la palabra «libertad» para defender la tauromaquia como si al toro o al gallo le concedieran capacidad de elección entre ser torturados y finalmente ejecutados en un enfrentamiento desigual o seguir con su vida. Salvo que queramos involucionar hacia una sociedad bárbara, no es tolerable convivir con la crueldad, la violencia o la tortura. Debería entender que otro mundo sin salvajismo, ensañamiento y tormento ejercido gratuitamente hacia seres indefensos es posible y deseable, y que, con total seguridad, la diversión se encuentra muy alejada del suplicio.

CARRERA PROFESIONAL

Señor presidente, ¿duerme usted por las noches?

Gonzalo Flores

Empleado de la Junta

Buenos días señor Vara. Soy uno más de los empleados públicos de la Junta de Extremadura que me he sentido engañado una vez más por este gobierno que se perpetua ya con mayoría absoluta y que usted preside, una vez más pidiendo el sacrificio económico a las familias que un buen día decidimos prepararnos una oposición y formar parte del personal al servicio de esta comunidad. Señor Guillermo Fernández Vara, ¿cómo puede dormir tranquilo sabiendo que ha engañado otra vez a sus empleados y esta vez por escrito? ¿Cómo después de firmar el acuerdo con todos los representantes sindicales (el nivel dos de la carrera profesional) y comprometerse que a fecha 1 de enero de 2020 se nos abonaría de forma prorrateada en la nómina, ha tenido la desfachatez por una mala gestión de previsión económica suya, (intencionada o no, ya que se jugaban la candidatura esa misma semana), volvamos a pagar los de siempre? ¡Ya está bien señor Guillermo!, espero que los empleados públicos lo tengan en cuenta el día de las próximas elecciones, pero como usted sabe bien ese día aún está muy lejos y con eso cuenta. De no ser así no se hubiera atrevido a jugar con el pan de nuestros hijos. Espero que pronto rectifiquen y cumpla lo que por escrito se firmó.

Carta a la consejera de Administración Pública

Juan González Galiot

Empleado público de la Junta

No está bien, señora Blanco-Morales, que juegue con la renta de las familias de muchos de los empleados públicos de la Junta de Extremadura. No habla bien de usted que, una vez más, la administración nos «tome de rehenes» para cuadrar la cuentas de la Junta de Extremadura. No está bien señora Blanco-Morales que aquellos empleados públicos socialistas, y los que no lo son, se les tome el pelo, firmando, hace unos meses, aquello que no iban a cumplir. Los 80 euros mensuales, de media, que se está quedando la Junta de Extremadura, en concepto de pago del nivel 2 de la carrera profesional de muchos empleados públicos, supone una merma considerable del poder adquisitivo de sus familias, además de una «nueva tomadura de pelo». Le recuerdo que los sueldos «no son muy allá...» Creo que «con las cosas de comer», que dicen por aquí, no se juega y, por ello, le llamo a la reflexión y piense que con el pan de las familias de los empleados públicos no se juega. Pilar, dígaselo a Guillermo de mi parte.