Antes que se publicara la ley que se conoce popularmente como de la Memoria Histórica (BOE de 27 de diciembre de 2007) empecé a utilizar el arma de la pluma para denunciar la ignominia del mantenimiento de simbología franquista en mi pueblo de nacimiento, Guadiana del Caudillo (Badajoz).

No he cejado en el empeño hasta que por fin tras el resultado de las elecciones municipales del pasado 26M todo indica que van a ser eliminados dichos vestigios.

La hemeroteca de el Periódico Extremadura certifica la lucha que no abandoné durante años, a pesar de los consejos de mi madre, Celestina, que insistentemente me decía: «Qué necesidad tienes de meterte en ese asunto si ya no vives aquí» (sic). Su consejo, un aliento más y retrato del miedo inoculado por el execrable régimen.

La memoria, nuestros antepasados; la recuperación, presente-futuro; la justicia, el pueblo soberano. Ha sido una lucha digna, una digna lucha. Mi agradecimiento a el Periódico Extremadura haber contribuido a su difusión.