Cien días después de la desaparición de la niña británica Madeleine McCaan se ha producido un vuelco en las investigaciones de la policía lusa: de un caso de eventual secuestro al de un posible homicidio, pero lejos de quedar esclarecido.

Cuando Madeleine desapareció el pasado 3 de mayo de un apartamento turístico en la región del Algarve, la Policía Judicial (PJ) lusa primero siguió la pista de un secuestro, que bien podría ser para pedir un rescate, o realizado por pederastas, para fines de abuso sexual. Sin embargo, en los últimos días los perros británicos Eddie y Kela encontraron vestigios de sangre en el apartamento donde la niña estaba y ahora se espera a los resultados de los análisis que se realizan en un laboratorio especializado de Birmingham, en el Reino Unido.

Estos análisis podrían determinar si el ADN corresponde a Madeleine, lo que abre las hipótesis de que eventualmente fue asesinada en el apartamento, o fue víctima de un accidente mortal. Por lo pronto, existen incógnitas acerca de lo que sucedió entre las 18.00 horas y las 21.00 del 3 de mayo y quién fue la última persona que vio con vida a Madeleine.

En recientes entrevistas a las televisiones lusas, los padres de la niña, Gerry y Kate, admitieron que las investigaciones regresaron "al punto cero" y se mostraron sorprendidos de que pudiesen ser considerados como sospechosos en el caso.

El pasado martes, una fuente de la PJ dijo a la prensa lusa que ya tenían "una idea bastante exacta" de lo que había sucedido la noche de la desaparición y que se podía "vislumbrar la luz al final del túnel". Esto creó las expectativas de que estuviese cerca un desenlace del caso. Sin embargo, el jefe de la PJ, Alípio Ribeiro, admitió ayer que existían "nuevos elementos", pero que la policía está "lejos de esclarecer el caso".

En estas circunstancias, mientras los padres de la niña insisten en que su hija está viva y han pedido a la policía lusa pruebas que demuestren lo contrario, el grupo de trabajo formado por la PJ y agentes británicos se concentra más en el posible trayecto del cuerpo sin vida de Madeleine.

El semanario luso "Sol" asegura hoy que la policía lusa ha buscado indicios del cadáver de la niña en un coche alquilado por los padres. Según esta fuente, las autoridades parece que han llegado a la conclusión de que el cuerpo de la niña podría haber estar enterrado en las inmediaciones del apartamento que antes ocuparon sus padres, después trasladado a otro sitio, o haya sido lanzado al mar.

Tanto la policía lusa como la británica consultaron a especialistas de la Universidad de Algarve acerca de las corrientes marítimas en la región de la Playa de la Luz, donde desapareció la niña. "Jornal de Noticias" informa hoy de que los resultados de los vestigios de sangre encontrados en el apartamento de los McCaan serán conocidos la semana próxima y eso dará "un nuevo rumbo a la investigación".

Por el momento, el único sospechoso oficial en el caso es el británico Robert Murat, quien reside muy cerca del apartamento turístico donde la familia McCaan disfrutaba de las vacaciones. La casa, los coches y el jardín de la familia de Murat han sido registrados en varias ocasiones por la PJ, sin que se le considere oficialmente acusado.

Entretanto, los padres de Madeleine asistieron hoy a una misa en la iglesia de la Playa de la Luz, con motivo de cumplirse los 100 días de la desaparición. También por iniciativa de los padres de Madeleine fue inaugurado un nuevo canal en internet que se denomina "Don't you forget about me" (No me olvides), para recordar a los niños desaparecidos, en una de tantas operaciones mediáticas para encontrar a la niña.