TLteemos una noticia el día 28 de febrero del 2008, que en resumidas cuentas dice que el Seprona reforzará la vigilancia sobre el río Guadiana, para evitar la propagación de la plaga (otra más) del mejillón cebra. Así mismo, se menciona un acuerdo de colaboración firmado con la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) para aumentar la eficacia en el control de las infracciones. El artículo acaba con una frase de la delegada del gobierno en la que dice que "vamos a realizar un esfuerzo suplementario para que ningún ciudadano se atreva a agredir nuestros ríos y su entorno".

Todo esto nos parece perfecto y totalmente necesario, aunque más educación y concienciación harían casi innecesaria la represión. Llegados a este punto nuestra pregunta es: ¿qué pasa cuando estas agresiones vienen de parte de la Administración?. ¿Quién vela por que los departamentos de medio ambiente y los organismos de cuenca (sobre todo estos) cumplan la ley?

No nos tenemos que alejar más que unos kilómetros de nuestra casa para ver ejemplos de cómo ´el Administrador´, en este caso la CHG, se pasa por el arco del triunfo la normativa vigente. ´Nuestro´ río, el Ruecas, completamente arruinado en pro de no sé que progreso, y que los gestores utilizan como justificación para decidir la destrucción de un patrimonio que es de todos. Un progreso que supone que, para que alguien pueda regar unas cuantas vergonzosas hectáreas más de arroz en plena dehesa, el ribereño tenga que ver como ´su´ río es un triste estero reseco; incluso en pleno invierno.

¿Qué hay de los caudales ecológicos? ¿y de los remontes/escalas para peces que son endémicos de la Península Ibérica?. ¿Como es posible pergeñar unas actuaciones tan salvajes, en las que no se tiene nada en cuenta la supervivencia de un valiosísimo e insustituible ecosistema que nos pertenece a todos?. ¿Con qué moral va la Administración a exigir al ciudadano un respeto que ella misma no tiene?

¿Tanto le supone a CHG ceder un poco de ese caudal que roba al río para que, aguas abajo de ese infame Azud de Ruecas pueda seguir existiendo algo parecido al río que fue?. Además la ley se lo exige con el mantenimiento de los caudales ecológicos. Cuando vemos ´eso´ que fue nuestro río nos viene a la cabeza una frase escrita en la caseta del azud del río Luna (León): "esto es un río, recuérdalo porque tendrás que describirselo a tus hijos".

Y esto es solo un ejemplo, porque se podrían poner cientos. Cualquier andarríos podrá coleccionar una buena muestra de actuaciones destructoras en contra del patrimonio de todos, pero para encontrar muestras no hace falta ir muy lejos. Concesiones de aguas que incumplen la normativa (fábrica de la luz de Castañar que ha acabado con la población de truchas del Ibor), actuaciones que hacen desaparecer completamente un río (Ruecas o Cubilar), concesiones de graveras ´a discreción´, encauzamientos salvajes, vertidos continuados sin sanción, etc.

Se dirá, "denúncialo", y así se hace, pero ¿si los cuerpos de vigilancia intervienen ante la infracción de un furtivo sin necesidad de denuncia, por qué no actúan también de oficio ante el incumplimiento de caudales ecológicos por el concesionario de aguas?.

Sería deseable que los cuerpos encargados de la vigilancia y control de los ríos se aplicaran ante estas barbaridades que comete, al parecer impunemente, la Administración, con el mismo celo que esa misma Administración les exige que tengan para con "esos ciudadanos que se atreven a agredir a los ríos y su entorno".