Con motivo de la celebración del Día Mundial de los Humedales, el pasado 2 de febrero, la organización Ecologistas en Acción Extremadura hizo pública una nota de prensa en la que reclama que se prohiba el perdigón de plomo y en la que la caza de aves acuáticas y la intoxicación de estas al ingerir este tipo de perdigón se citan entre las "amenazas ligadas a la falta de protección de los humedales".

La organización ecologista denuncia además que las 6.000 toneladas de perdigones de plomo utilizados cada año para la caza en España contaminan humedales y ríos y provocan anualmente la muerte de 60.000 aves, la gran mayoría acuáticas, según Ecologistas en Acción, aunque también rapaces, algunas de ellas en peligro de extinción.

La contaminación provocada por el plomo de los perdigones afecta de forma grave a los ríos. "En varios cauces del norte de Extremadura se ha encontrado en los primeros 20 cm del lecho del río una densidad de 10 gramos de plomo, unos 100 perdigones, por metro cuadrado", indica la organización ecologista.

OTRAS CAUSAS Las desecaciones y ocupaciones producidas por la actividad agrícola, la extracción de aguas fluviales y subterráneas, los vertidos de aguas contaminadas y residuos, y la construcción de infraestructuras de transporte y urbanizaciones en sus márgenes son algunas de las causas que han contribuido a la desaparición del 60% de las zonas húmedas del Estado español.

La organización ecologista califica como graves las amenazas sobre los ecosistemas acuáticos extremeños y destaca los "numerosos proyectos especulativos de macro-urbanizaciones enmascarados en la figura de Ciudades Mixtas que utilizarán millones de litros para llenar piscinas de lujo y regar campos de golf ". De ellos el que consideran más agresivo los ecologistas extremeños es el del Complejo Marina Isla de Valdecañas "que afectará directamente a la Zona de Especial Protección para Aves del embalse de Valdecañas con el beneplácito de la Junta de Extremadura".

Entre las otras amenazas para los ecosistemas acuáticos extremeños se encuentran los "numerosos vertidos urbanos e industriales, y las filtraciones contaminantes producidas por el exceso de productos químicos en la agricultura, causantes de la bajísima calidad de las aguas de Tajo y Guadiana", según Ecologistas en Acción Extremadura. Esta organización ve además como amenazas, los proyectos de refinería en Tierra de Barros y de centrales térmicas en la comarca de Mérida, y la extracción de agua de zonas húmedas de gran importancia del Guadiana.