TFtlaco favor de nuevo, y miren ustedes, que ya han soportado muchos, le hacen este o estos mamarrachos, por llamarlos de alguna manera, al gran colectivo en general de la caza o deporte cinegético. En este caso nada más y nada menos que tirotear y abatir sin ni siquiera la recompensa material de la pieza, una especie como es el impresionante quebrantahuesos (Gypaetus barbatus). Una verdadera joya de nuestra naturaleza, y por si faltara algo en una situación crítica poblacional, así como lo increíble, aunque no imposible, que ello se produzca dentro de un parque natural en este caso de la provincia de Granada, como nos han informado.

Hablamos de una especie por cierto y ¡por las narices!, demostrada y especialmente dañina. Sin dejar de decir que todas y en su legalidad deben ser respetadas. De vergüenza sinceramente. Una hembra seguida por cierto con el antinatural, pero útil por otro lado sistema de seguimiento, todo por lo dramático de su actual situación, y precisamente con la intención de introducirla donde ya no existía, en concreto el impresionante parque de Cazorla, que parece ser era de donde procedía. Informa acertadamente este medio que el o los autores, que espero sean reconocidos y detenidos por la autoridad competente, deban pagar una sanción que va, en pesetas, desde los antiguos diez millones a los cincuenta.

Yo, sin duda, pasándome por el Juez correspondiente cincuenta mínimo. También desde dos a cuatro años de prisión, todo por tratarse de la especie en cuestión, yo sin duda también como supuesto Juez, los cuatro años y un día, pero que este fuera mucho más largo de 24 horas. En fin, son ilusiones y también indignación, todo se quedará en nada, no tienen delitos anteriores, será un año y once meses, son insolventes, y ese tan conocido largo etcétera. Si lo vemos a diario y sirve incluso para delitos contra la vida y dignidad de un ser humano, que es lo más respetable e importante de todo, como no para un pájaro.

Aberrante todo esto como otros muchos casos, desde una pequeña curruca de las muchas variedades que pueblan nuestra piel de toro, a este nuestro gran tesoro vivo gigante que engalana, cada día menos, por desgracia, nuestros cielos. Sinceramente, creo que para todos, tanto los que nos gusta la naturaleza, ya seamos simples aficionados, estudiosos de la misma o cazadores, que tampoco dejan de protegerla y sentir pasión por ella, donde por suerte tengo muchos grandes amigos, que sin duda cualquier conversación siempre es provechosa.

Eso sí, cazadores o practicantes de la actividad cinegética, con toda su legalidad que conlleva, no desalmados furtivos. Y ojo, para malos entendidos en todos los sitios cuecen habas, faltaría más.

*Naturalista. Técnico en Gestión de la Fauna y de Espacios Naturales.