Como en todos los cestos de manzanas, en el de los cazadores también hay algunas podridas, que hacen que ese ´cesto´ tenga un mal aspecto. Esas manzanas podridas no se puden llamar cazadores, como el propio colectivo asegura, cuando son capaces de matar y abandonar a un compañero tan importante para quien practica la actividad cinegética como es su perro de caza.

Sin duda, a este tipo de pseudocazador pertenecen los dueños de Minero , un podenco macho de color marrón claro y de año y medio de edad, que la asociación El Refugio, para la defensa de los animales, recogió recientemente en la provincia de Ciudad Real con un fuerte corte en el cuello por un intento de ahorcamiento.

El joven Minero llevaba semanas vagando con una cuerda incrustada en el cuello, algo que le había provocado una herida de unos dos centímetros de grosor, que en el momento de su recogida desprendía un fuerte olor a putrefacto. Así lo explican los responsables de El Refugio, una asociación, sin ánimo de lucro, que tiene como objetivo principal denunciar el abandono y maltrato de los animales, promover la defensa de los mismos y gestionar su Centro de Adopción.

Recogida y tratamiento

Los vecinos de la localidad de Argamasilla de Calatrava (Ciudad Real) han sido una ayuda esencial para evitar la muerte de Minero . Este podenco se mostraba esquivo y no se dejaba tocar, pero gracias a los vecinos de la citada localidad, que se pusieron en contacto con El Refugio se logró capturarle en un patio en el que habitualmente le daban de comer.

Dadas las terribles lesiones que el podenco presentaba en le momento de su recogida, este ha permanecido ingresado en una clínica veterinaria de Madrid durante varias semanas. En este lugar se le practicó una cura de urgencia sedándole previamente, proceso que sobrecoge a quien lo observa a través de en un video colgado en la web de El Refugio.

Tras ese primer tratamiento de urgencia, se le realizó una cirugía de reconstrucción para que la herida cicatrizase mejor y de manera más estética. Ahora Minero está recuperado casi por completo y a la espera de una familia que lo quiera adoptar.

"El caso de Minero es terrible, presenta todos los indicios de haberle intentado ahorcar, pero consiguió escapar. Los perros de raza podenco, son utilizados para la caza y cuando dan problemas o no sirven, en algunas ocasiones, se deshacen de ellos de esta forma tan terrible, ahorcándoles. Ahora lo más importante es que se reponga de sus lesiones y que alguien quiera adoptarle y le dé una segunda oportunidad", manifestó Nacho Paunero, presidente de El Refugio.

Aunque las heridas físicas de Minero ya están curadas, sus cuidadores trabajan ahora en paliar un terror que le ha llegado a provocar tal miedo que este podenco no quería caminar, y ni siquiera levantarse del suelo. Minero recupera poco a poco la confianza en el ser humano y ya sale incluso a pasear, a la espera de un verdadero amante de los animales.