Seat celebra en 2020 sus 70 años de historia; un largo camino plagado de modelos emblemáticos que han marcado un antes y un después en la historia del automóvil. Y es que, desde que abrió sus puertas por primera vez el 9 de mayo de 1950, la firma española ha sabido sintonizar en todo momento con su público, revolucionando el mercado cuando era necesario.

Como la deportividad siempre ha desempeñado un papel importante en el catálogo de modelos de la marca, a continuación haremos un viaje por la historia de los coches de Seat que fueron auténticos iconos para el mercado español de los vehículos deportivos y objetos de deseo entre los conductores/as más jóvenes de todas las épocas.

SEAT 850 COUPÉ

España se motorizaba a gran velocidad y en 1966 Seat lanzó al mercado el 850, el hermano mayor delSeat 600 que llamó la atención por ser un turismo más grande y capaz. Un año después, nació uno de los primeros coches aspiracionales producidos en España, el 850 Coupé. A pesar de que era una evolución del Seat 600, este nuevo modelo llevaba el motor , de modo que la propulsión se encomendaba a las ruedas posteriores y se trataba de un 2+2 plazas. El precio del Seat 850 Coupé era de 105.000 pesetas de la época, por lo que era un 30% más caro que la berlina 850. No obstante, aquellos usuarios que podían, pagaban este sobreprecio gustosamente, puesto que el 850 Coupé ofrecía un gran placer de conducción.

El motor de este modelo disparaba la potencia en 10 caballos, hasta proporcionar 47 cv a un régimen elevado para la época, 6.200 rpm. Gracias a estas cifras, a un peso de 720 kilogramos y a su aerodinámica silueta, el 850 Coupé era capaz de alcanzar los 140 kilómetros por hora. Además, para adecuar el chasis a las prestaciones, el 850 Coupé fue el primer modelo de Seat que recibió los frenos de disco delanteros.

Dos años más tarde, en 1969, la potencia del 850 Coupé se incrementó a 52 caballos gracias a un motor que sería un clásico en Seat, el 903 cm³. Con la llegada de este nuevo propulsor el nombre del modelo cambió a Seat 850 Sport Coupé.

SEAT 1200 SPORT

Con el nacimiento del nuevo Centro Técnico de Seat, en 1975 llegó el Seat 1200 Sport, el primer modelo de diseño exclusivo de la marca. El estilo del modelo fue desarrollado por Aldo Sessano, un reconocido diseñador italiano, mientras que la fabricación de la carrocería se realizó en Inducar, una empresa dirigida por Antoni Amat.

Para desarrollar este nuevo modelo, el Centro Técnico tuvo que enfrentarse al reto de conseguir colocar el motor longitudinal del Seat 124 en una posición transversal y acoplarle una caja de cambios para esta nueva disposición y que soportase el par. El resultado fue todo un éxito y primero se lanzó el Seat 1200 Sport con el motor 1.197 cm³ (67 cv) y un año más tarde, el Seat Sport 1430, con 77 caballos de potencia. Cabe destacar que éste último contaba con un frontal rompedor en poliuretano negro que le valió su apodo “Bocanegra”.

SEAT FURA CRONO

El modelo 127 derivó en 1981 en el Seat Fura, aunque no pasó ni un año antes de que la compañía le diera una personalidad deportiva bajo el nombre de Fura Crono. Ya no se trataba de un Coupé como su antecesor, con soluciones propias y unos elevados costes de producción; el nuevo Fura era una mejora de un modelo producido en grandes números con unos precios mucho más competitivos que llegaban a un público más amplio.

Estéticamente, el Fura Crono rendía una especie de homenaje al popular Bocanegra, puesto que llenaba de molduras plásticas negras todo el frontal del coche y su perímetro, con los ensanchamientos de los pasos de rueda y las molduras laterales. Se trataba de unos refuerzos muy prácticos para el uso urbano que por aquel entonces enfatizaban el carácter deportivo de los coches y que, sin embargo, actualmente vuelven a estar de moda para reforzar el carácter SUV de ciertos modelos.

Del mismo modo que se hizo con su antecesor, para este modelo se utilizó el fiable motor de 1.438 cm³, con una potencia de 75 caballos. Con un peso de 760 kilogramos, la relación peso/potencia le permitía una gran agilidad. Asimismo, era un vehículo muy fácil de conducir, puesto que era muy estable en curvas y su caja de cinco velocidades permitía su uso en autopista a un régimen de motor menor, con un mayor confort acústico y un consumo inferior.

Por otro lado, Seatpuso en marcha con los Fura Crono la Copa Fura de circuito, que sirvió para reunir durante tres años a los mejores pilotos españoles de la época e incluso a antiguas figuras del automovilismo.

SEAT IBIZA SXI

El Ibiza marcó un antes y un después en la historia de Seat, puesto que supuso un salto a la modernidad. En su primera generación se reunieron las dotes productivas de Seat, el reconocido diseñador Giugiaro, el saber de Porsche para el desarrollo de un robusto motor y la experiencia de Karmann para la industrialización de la carrocería.

Como era de esperar, no podía faltar una versión deportiva para este popular modelo, que llegó cuatro años después de su lanzamiento inicial. Esta versión, denominada Ibiza SXi, se presentó con una importante aportación técnica, la aplicación de la inyección de gasolina sobre el motor 1.5 existente. Los ingenieros del Centro Técnico de Martorell llevaron la potencia a 100 cv desde los 85 de la versión de carburador.

Estéticamente, este pequeño deportivo seguía los mismos pasos que el Fura Crono, añadiendo amplios aletines, estriberas y bandas laterales en color negro, junto con los paragolpes del mismo color. Además, dos alerones negros situados por encima y por debajo de la luneta anunciaban su deportividad. Sin duda, se trataba de un coche rápido y sencillo de conducir que ofrecía un alto grado de equipamiento, una cuidada presentación y que, además, había aumentado notablemente la deportividad en Seat.

SEAT IBIZA GTI

La segunda generación del Seat Ibiza vio la luz en 1993 y creció de los 3,6 metros de longitud de la primera generación hasta los 3,8 metros, demostrando que podía ser un verdadero GTI. Giugiaro trabajó con el Centro de Diseño de Martorell para cambiarlo todo y crear un nuevo Ibiza. Por ello, las tradicionales líneas rectas características del diseñador italiano se volvieron redondeadas y aerodinámicas para el Ibiza de segunda generación.

Gracias a la nueva plataforma, el Ibiza II era compacto por fuera y grande por dentro. En cuanto al apartado mecánico, equipaba un motor de inyección de dos litros, el de mayor cilindrada del segmento, por lo que podía enfrentarse a rivales del segmento superior con sus 115 caballos de potencia.

Seat Sport incluyó al Ibiza GTI en distintas Copas de Rallies de Tierra con el objetivo de demostrar su deportividad y fiabilidad, empleando motores de serie. Sin embargo, la gran popularidad que arrastraba la segunda generación del Ibiza llevó a la firma española a iniciar su participación en el Mundial de Rallies.

SEAT IBIZA FR

Desde la llegada de la tercera generación del Ibiza, todos los deportivos de Seat han recibido la denominación FR. Actualmente, en 2020, la quinta generación del Ibiza continúa con esta tradición, ofreciendo versiones FR con su característico toque deportivo.

Estas versiones deportivas se adaptan a la perfección a lo que demandan los clientes y destacan por sus prestaciones, manejabilidad, acabados, equipamiento y seguridad. El Ibiza se ofrece con el motor 1.5 TSI de 150 caballos de potencia y con el motor 1.0 FR de 110 caballos para quien necesite únicamente la agilidad de su chasis o su imagen deportiva.

El actual Seat Ibiza FR de más de cuatro metros de longitud cuenta con cinco puertas para acceder, la opción más demandada por el público. Además, estrena la iluminación Full LED en el segmento e incorpora el asistente para atascos, la frenada automática en ciudad, el control de crucero adaptativo y el reconocimiento de fatiga, entre otros sistemas de asistencia a la conducción.

En definitiva, a través de estos seis iconos se puede ver la gran evolución de la deportividad en los modelos de Seat, que han desempeñado desde siempre un papel muy importante en la historia de la marca. Y es que nada tiene que ver el Seat850 Coupé de 1967 con el Seat Ibiza FR actual, que lleva el espíritu deportivo a unos niveles inimaginables para un conductor/a de los años 60.