Ahora que se acortan los días y llega el frío, es el momento ideal para hacer un repaso a las 7 cosas más interesantes y sorprendentes sobre la conducción invernal.

1. El frío es un enemigo de la electricidad

No sólo las personas somos vulnerables al frío que llega con el otoño y el invierno, también los coches y más concretamente los componentes eléctricos sufren las bajas temperaturas. Con el frío aumentan un 27% las posibilidades de que falle algún sistema eléctrico del coche. Las averías más comunes en invierno son los relacionados con la batería del coche, acaparando 1 de cada 5 fallos mecánicos.

2. Tirados en la carretera

Las posibilidades de que el coche no arranque se multiplican un 18% en invierno, y en la mayoría de ocasiones este fallo está precisamente relacionado con el fallo de la batería.

3. El invierno es más letal que el verano

El invierno acapara el 30% de los heridos y fallecidos en accidente de tráfico de todo el año. Sin duda la baja visibilidad y las carreteras mojadas tienen una destacada incidencia negativa en la conducción.

4. La lluvia es el mayor peligro

Según señala en un estudio el portal de comparador de seguros Acierto.com,la lluvia aumenta al menos un 70% la posibilidad de sufrir un accidentede tráfico, debido a la falta de visibilidad y la reducción de la adherencia de las ruedas sobre el asfalto mojado.

5. Cuidado con el viento

Si bien la lluvia es el factor meteorológico de mayor riesgo para la conducción, el viento está directamente relacionado con el 5% de los accidentes que se producen en nuestras carreteras.

7. Escasa visibilidad

Aunque la visibilidad es un aspecto fundamental de la conducción, más de 7 de cada 10 conductores no los revisan con la frecuencia adecuada los limpiaparabrisas. Los tratamientos hidrofóbicos ?un repelente de lluvia? también pueden ayudar a mejorar la visión del conductor, especialmente durante la noche

6. Los coches oscuros se ven menos

Aunque resulta evidente, los coches oscuros se ven menos cuando la visibilidad es baja, lo que eleva el riesgo de sufirir una colisión con otro usuario de la vía. Más concretamente, por la mañana un coche blanco puede ser atisbado a 160 metros, mientras que uno negro se ve cuando se acerca hasta los 70 metros. Por la noche, las distancias se reducen a 100 y 30 metros respectivamente.