Siempre ha tenido destreza para la costura, de manera que hace seis semanas, al decretarse el confinamiento, Toñi Franco decidió coger una tela de algodón y una goma que tenía por casa y cosió su primera mascarilla. La colgó en Facebook y rápidamente sus vecinas de la calle Pasaderas de Acebo pisaron el acelerador de la Singer hasta convertirse en las grandes abastecedoras extremeñas contra la pandemia.

Son las 17 mujeres que han hecho posible el milagro: junto a Toñi, las costureras Yolanda y Pilar Rivero, Pilar Iglesias, Pilar Pérez, Teresa Gómez, Carmen Fernández, Fausti Arroyo, Julia Alviz, Begoña Fernández, Arantxa García desde Moraleja y Purificación García desde Salamanca. Al corte, Claudia Lázaro, María José Fernández, Cintia Domínguez, Alexandra Martín y Mari Rivero.

Al principio unos pocos vecinos les pedían mascarillas, ellas solicitaban el material y a cambio las confeccionaban. Un día Toñi se informó de que la tela de algodón era un foco de infección y que solo el Tnt (tejido no tejido) cubría las funciones homologadas para frenar el coronavirus. Se trata del mismo material que se utiliza para los portatrajes, impermeables, con los que la respiración queda garantizada. En ese momento, todos los vecinos del pueblo comenzaron a donar portatrajes y hasta Candela y Hugo, del Bar Laureano, se percataron de que tenían dos rollos de manteles que cumplían las condiciones. «Ese día lloré. Era muy emocionante saber que podíamos hacer mascarillas para el pueblo entero», relata Toñi, que reside en esta localidad cacereña de unos 500 habitantes, afortunadamente todos libres del bicho.

Las costureras, siempre precavidas, hicieron con la nueva tela una remesa de seis muetras que mostraron al médico del centro de salud, Carlos Gómez Díaz. «Nos dijo que eran perfectas». Le entregamos 100. «Os pagamos lo que sea», les decían. «Noooooo, no aceptamos en ningún momento dinero, solo necesitamos el material», respondían ellas.

Un día, Carmen Salas, que trabaja de cocinera en el Hospital Virgen del Puerto de Plasencia llamó a Toñi y le contó que ella y sus 30 compañeras carecían de protección: les mandó 50. Pocos días después en una página de Facebook relacionada con la bolsa de empleo del Servicio Extremeño de Salud, alguien comentó que en el Virgen de la Montaña de Cáceres, reabierto exclusivamente para casos de coronavirus, también las precisaban. «Una amiga mía que está allí me lo comentó y le dije: ‘Te damos 100’. Por suerte, todos los paquetes que enviamos a administraciones públicas están exentos de pago», relata Toñi.

En ese momento, Purificación García, que es presidenta de la Asociación El Álamo y los encajes de Acebo, decidió que el dinero que se iba a emplear en la concentración de este año se destinara a la compra de telas. Entonces encontraron un almacén en Moraleja que las tiene: «Ayer llegaron dos remesas, antes de ayer otras dos. Ya hemos mandado a la residencia de ancianos de Hoyos».

También a través de la redes, una acebana que trabaja en un centro de discapacitados de Cáceres comentó que trabajaban con la tanda de mascarillas defectuosas y que había varias compañeras contagiadas. Les facilitaron otras 100.

Las costureras contactaron igualmente con Moraleja. «Ellos nos acogieron cuando el incendio y se portaron muy bien con nosotros. Nos indicaron que querían 100, les mandamos 300, que se entregaron para residencias y centros de salud». A eso se suman envíos particulares, a familiares, a Madrid, a San Sebastián.

Ahora, y a la vista del desconfinamiento por horas de los niños, están haciendo protectores infantiles. Las cosen para bebés de hasta 4 años, de 4 a 10 años, de 10 a 14 y de 14 en adelante. Se repartirán entre los críos del pueblo y de localidades cercanas, así como a las residencias de ancianos de la comarca.

Las telas están llegando de todas partes de España. Ya han hecho más de 1.400 mascarillas. En cada una de ellas emplean un tiempo de confección de aproximadamente 10 minutos, aunque puede ser algo más si la colocación de la goma se resiste.

Todo ello ha ido acompañado de una bonita campaña. La hija de Toñi, Tania Alviz, ha llenado el pueblo de mensajes positivos y dibujos. Su hijo, Edu Alviz, pintó el arcoiris e ideó el lema ‘Mascarillas solidarias. Acebo, Sierra de Gata’.

Las 17 de Acebo continúan enfrascadas en la costura mientras Edu, en su red social, anuncia otra buena noticia: «La peña 567 ha donado 100 metros de tela especial, nueve bobinas grandes de hilo y 190 metros de goma elástica, para la confección de 1.000 mascarillas por parte de sus grandes costureras». Y sí, son grandes; inmensas más bien.