Muchas de ellas han estado teletrabajando ‘on line’ desde el primer día en que se declaró el estado de alarma, solventando los problemas de viajeros que habían quedado atrapados fuera de España o tramitando las devoluciones, pero es ahora cuando las agencias de viajes extremeñas están comenzando a abrir sus oficinas. Algunas lo hicieron el 1 de junio, a menudo con horarios reducidos, aunque también las hay que no empezarán a trabajar de cara al público hasta hoy lunes. Las que ya están operativas, de momento han tenido poca afluencia de clientes y en su mayor parte solo para preguntar. «El arranque está siendo tímido», indica María Eugenia Flores, presidenta de la Asociación Europea de Agencias de Viajes de Extremadura (Aedavex), que estima que el volumen de actividad del sector puede estar moviéndose en torno a un 15% de lo que sería normal en estas mismas fechas cualquier otro año. Además, puntualiza, las contrataciones que se hacen están condicionadas a la posibilidad de «ser canceladas» ante posibles rebrotes de la pandemia.

En la región la cifra de agencias de viajes ronda las 220, de las que 186 son independientes (no pertenecen a grandes grupos). Estos días, reciben las primeras llamadas de clientes interesados en cuáles son los destinos a los que se puede viajar, las condiciones impuestas para hacerlo o las medidas de seguridad que se han establecido. Las costas españolas, en particular Canarias, explica Flores, son los lugares que de inicio están despertando más interés, aunque de momento cuesta cerrar las reservas. También se pregunta por el turismo interior, con la búsqueda de apartamentos y casas rurales en el norte de Extremadura y en zonas asturianas o de Los Pirineos.

La situación económica de las familias, en muchos casos maltrecha por los efectos de la crisis sanitaria, y el nivel de confianza del consumidor son los dos elementos que están condicionando la planificación de las vacaciones. En relación a este segundo aspecto, la presidenta de Aedavex cree que «lo más importante ahora mismo para las agencias es que se homologuen todos los protocolos de actuación europeos, para tener seguridad, no que cada destino, línea aérea, o puerto, tenga unas normativas distintas».

Este sector está conformado fundamentalmente por pymes y micropymes con poco pulmón financiero. Después de tres meses sin ingresos, afrontan ahora la vuelta a la actividad en una situación muy complicada. «Estas dos semanas que vienen ahora, una vez que se recupere la movilidad, van a ser claves en la toma de decisiones. Hay algunas agencias que, si ven que no facturan lo suficiente, puede ser que cierren», apunta Flores, que confía en que entre la segunda quincena de julio y principios de agosto se produzca un «repunte» en la demanda una vez que se compruebe que los primeros viajeros comienzan a regresar de sus desplazamientos sin que haya habido incidencias.

En relación a las cancelaciones provocadas por el estado de alarma, en un primer momento el Gobierno permitió que las agencias de viajes pudieran emitir bonos para viajes combinados cancelados con una duración de un año. Sin embargo la Comisión Europea ha instado al Ejecutivo a modificar esta norma, de manera que estos pasen a ser voluntarios para el consumidor.

Esto supone que las agencias tendrán que asumir en 14 días el reembolso «a pesar de que hayan depositado el dinero del cliente en los proveedores» y que sean estos «especialmente las líneas aéreas, los que no están cumpliendo con la normativa de devoluciones» al no restituirles el importe de los billetes.

En este sentido, la Federación Empresarial de Asociaciones Territoriales de Agencias de Viajes Españolas (Fetave) ha solicitado que el Gobierno establezca unos plazos «razonables» en los que se pueda atender y dar solución a las solicitudes de reembolso, sea con bonos o en efectivo, «poniendo fin a las situaciones de tensión que se han dado» en los puntos de venta minoristas, «los únicos sin responsabilidad» en la tramitación de las reclamaciones.