El nuevo curso escolar en Extremadura se iniciará en septiembre de forma presencial pero con medidas de higiene y seguridad para evitar que el covid-19 entre en los centros educativos. Este es uno de los tres escenarios que barajaba la Consejería de Educación y por el que se decanta para septiembre, por el momento, después de escuchar a la comunidad educativa.

El plan de Educación con este escenario es que los alumnos de Infantil y hasta 4º de Primaria incluido conformen lo que se va a denominar grupos de convivencia estable. Sería formar una especie de familia en cada clase, en la que no habrá que guardar distancias. «Tendrán que socializar y jugar entre ellos sin necesidad de mantener una distancia mínima interpersonal, pero sí deben evitar el contacto con otros grupos en los espacios comunes, como el recreo, el comedor...», ha explicado la consejera de Educación, Esther Gutiérrez Morán, que ha avanzado esta mañana la planificación del próximo curso junto al nuevo secretario general de Educación, Fran Amaya.

También se primará que los pequeños alumnos estén principalmente con su tutor o tutora y la presencia del resto de maestros especialistas dependerá de cada centro y de sus espacios disponibles. Esta decisión se toma, ha dicho,por tres razones: porque es más fácil de esta forma el control y la trazabilidad en el caso de algún positivo, porque entre los menores es más complicado imponer medidas de distancia y, por último, porque las ratios en estos cursos son más bajas en general (15,3 alumnos por profesor en Infantil y 17,8 en Primaria) y no hay grandes concentraciones de alumnos, exceptuando las zonas urbanas donde «sí podemos tener más dificultades», ha reconocido.

Un metro de distancia y mascarillas obligatorias en Bachillerato y FP

Para el resto de estudiantes extremeños sí habrá medidas de distanciamiento. A partir de 5º de Primaria y hasta 4º de ESO será obligatorio mantener en las aulas una distancia interpersonal de 1,5 metros. Los alumnos de los distintos cursos podrán socializar, «pero si se rompe la distancia mínima usarán mascarillas». Y en Bachillerato y Formación Profesional la distancia entre alumno y alumno será de un metro y habrá obligación, a priori, de usar mascarillas. Una medida, ha advertido, que también podría extenderse al resto de los cursos en función de las indicaciones de Sanidad que se establezcan en septiembre cuando haya que volver a las aulas.

Con este modelo de presencialidad máxima elegido para poner en marcha el nuevo curso, la consejera reconoce que habrá dificultades que hay que solventar en algunos centros, especialmente en las poblaciones más grandes, pero defiende la flexibilidad. Establecer esas distancias mínimas supone reducir algunos grupos o buscar nuevos espacios dentro de los centros educativos o incluso fuera, una opción que está sobre la mesa. «El problema en cuanto a ratios y espacios lo tenemos sobre todo en las ciudades y en 5º y 6º de Primaria y en Bachillerato y FP, donde encontramos más dificultades», admitió la consejera.

Por ello, entre las opciones que no se descartan están el uso de instalaciones municipales, lo que supondría sacar a parte de los alumnos de los centros educativos en algunos casos. «Si no se pueden solventar los problemas con los espacios propios de cada centro, haremos también un trabajo estrecho con los ayuntamientos para conseguir más espacios o dependencias municipales. Se valorará cada caso en concreto», ha dicho.

Tampoco se descarta que se amplíen las plantillas de maestros y profesores para atender a las nuevas necesidades que resulten de esta planificación. Todo esto dependerá ahora de un estudio exhaustivo que, ha anunciado Gutiérrez, van a llevar a cabo los inspectores de Educación centro por centro, atendiendo tanto al profesorado como a los espacios disponibles. Y se mantienen por ahora también los servicios complementarios de transporte y comedor escolar «con las medidas sanitarias que nos marquen».

Una guía general para organización el curso

La consejera también ha informado de que todos los centros han recibido hoy una guía con orientaciones generales de cara al desarrollo de la actividad el próximo curso que la consejería ha elaborado con las aportaciones y el trabajo realizado en el Foro de Nueva Normalidad, un proceso de participación abierto en la comunidad educativa con más de 750 interlocutores distintos.

Esa guía, que contempla los tres escenarios posibles (normalidad, confinamiento o vuelta a las aulas con medidas de seguridad, la opción elegida de momento) será la base para avanzar ahora en la definición del próximo curso con dos documentos claves: la instrucción de inicio de curso que se negociará con los sindicatos docentes y un plan de contingencia que deberá elaborar cada centro educativo atendiendo a sus propias características. «Ese plan estará centrado en adaptar horarios, turnos, agrupamientos...». Luego los colegios e institutos también tendrán que diseñar un plan de refuerzo para el primer trimestre del curso y la adaptaciones curriculares necesarias, «pero eso lo podrán elaborar ya en septiembre», ha dicho Gutiérrez.

También se va a redactar un protocolo sanitario específico que se definirá en un comité de seguridad y salud a lo largo de este mes, a la par que se avanza en la redacción de la instrucción de inicio de curso que se debatirá con los sindicatos de la Mesa Sectorial de Educación. Precisamente esta mañana, antes de la comparecencia pública, se ha celebrado esta mesa sectorial en la que los sindicatos, según Gutiérrez,, han coincidido en la decisión de apostar por el modelo de presencial de cara al nuevo curso. Los sindicatos han valorado positivamente el encuentro, ya que se plantea la posibilidad de disminuir ratios e incrementar el número de maestros y profesores, medidas que llevan tiempo defendiendo para afrontar un nuevo curso con garantías.

Un fondo covid de un millón de euros y un plan de digitalización

Sea cual sea el escenario que marque finalmente el inicio del próximo curso escolar llegado el caso, la consejera de Educación, Esther Gutiérrez, ha avanzado algunas medidas que se van a poner en marcha a partir de septiembre. Entre ellas está la creación de un «fondo covid» para cada uno de los centros educativos de Extremadura, que estará destinado en exclusiva a la compra de los materiales necesarios para hacer frente a la pandemia de coronovirus. En total se destinará un millón de euros a este fondo.

Gutiérrez ha hablado de un dinero extra para comprar termómetros, geles hidroalcohólicos, alfombras, papeleras con tapa... Una aportación extra que en todo caso «será independiente de los ingresos para gastos ordinarios que reciben los centros anualmente».

En principio, parece que no será necesario que los centros destinen ese depósito covid a la compra de mascarillas, ya que según la consejera de las 416.000 unidades que compró Educación en mayo, ya se han repartido hasta la fecha cerca de 80.000 y el resto queda pendiente de repartirse también. A esto, además, se sumará una compra centralizada de un «número importante de mascarillas» que se está realizando a través del SES.

A los recursos económicos se unirá un plan de digitalización, que ya ha comenzado a desarrollarse. «Se han tramitado dos millones de euros para la renovación de equipos tecnológicos y eso se sumará al plan que el propio Ministerio de Educación va a llevar a cabo con las comunidades». Ese plan irá destinado tanto para la compra o renovación de equipos como para acciones de formación «en el caso de que se nos pudiera dar un escenario de confinamiento total o parcial».