Los números hablan por sí solos. De 200.000 visitas en cualquier quincena de junio, a 2.400 en los primeros 15 días de reapertura de la Mezquita-Catedral de Córdoba. El monumento más emblemático de la ciudad y motor económico de los negocios de la Judería reabrió sus puertas el pasado 25 de mayo, antes del inicio de la fase 3 en la provincia, en un gesto simbólico a favor de la reactivación económica de la zona, que sigue esperando impaciente la llegada de turistas, vengan de donde vengan.

La mayoría de los hoteles, apartamentos turísticos, tiendas de suvenirs, restaurantes y tabernas del entorno permanecen cerradas ante una estampa inédita de calles vacías. "Da pena pasear por la tarde-noche por las callejuelas de la Judería, que normalmente están atascadas de gente en estas fechas, y que ahora están desiertas", explica la presidenta de la asociación de vecinos La Medina y comerciante del barrio, Lourdes Martínez, que lamenta el impacto económico que esta crisis tendrá sobre Córdoba. "El coronavirus ha puesto sobre la mesa el problema de despoblación que existe en el casco antiguo, porque a la falta de turistas se suma en este momento crítico la falta de vecinos, lo que deja a los negocios sin ningún tipo de clientes", explica Martínez.

La única parte positiva de la situación reside en el placer que supone recorrer la mezquita en solitario, y poder perderse entre su entramado de columnas sin un gentío alrededor, un privilegio hasta ahora reservado solo a los cordobeses de la provincia, que han acudido en cuentagotas al monumento (186 visitas diarias de media), y que desde el lunes también está al alcance del resto de andaluces.

"Llevábamos años sin venir a la mezquita porque cuando tienes algo tan cerca, no le das tanto valor, pero hemos aprovechado para venir durante los paseos que damos por la tarde y es un espectáculo verla vacía", aseguran Blanca y José, un matrimonio cordobés de mediana edad cuya actividad laboral sigue a medio gas. En el interior del templo, también se ve a algún que otro extranjero, como Débora Viana, de origen sudamericano y residente en Madrid, que ha viajado a Córdoba por motivos laborales. "Estamos haciendo un reportaje para un canal; estoy muy impresionada porque no es la primera vez que vengo y, acostumbrada a ver esta zona siempre bulliciosa y llena de gente, impacta ver la mezquita vacía o caminar por las calles sola", dice.

ALICIENTES

El inicio del tránsito interprovincial de Andalucía no es suficiente de momento para animar a hoteles y restaurantes a abrir, ya que sus usuarios habituales son turistas nacionales e internacionales, por lo que la mayoría se está pensando mucho cancelar los ERTE y asumir los costes de la plantilla. El impacto económico aún está por valorar, pero muchos hablan ya de 100 millones de euros hasta ahora.

Para sumar alicientes al turista potencial de Córdoba, y que tenga cosas que ver más allá de la mezquita, el ayuntamiento abrió hace una semana las puertas del Alcázar de los Reyes Cristianos y la Junta de Andalucía reabrirá la Sinagoga, el Museo de Bellas Artes y el Museo Arqueológico el día 16, a los que se unirán a partir del 24 de junio la ciudad palatina de Medina Azahara.

A falta de patios, cuyo concurso municipal tuvo que ser cancelado en mayo, desde el próximo lunes se celebrará el certamen de rejas y balcones, para deleite de los paseantes. Además, se están empezando a organizar ciclos de música como el que llevará a la Orquesta de Córdoba a espacios al aire libre como el Palacio de Viana el próximo 18 de junio, el Palacio de Orive, el Jardín Botánico, El Alcázar y el teatro La Axerquía. El objetivo principal es llenar de contenido la agenda cultural que es, sin duda, el principal reclamo turístico de la ciudad.