El Gobierno argentino extendió la cuarentena hasta el próximo 10 de mayo y volvió a dejar abierta la puerta de prolongarlo con mayores flexibilidades a la espera de cómo evolucionen los contagios de coronavirus. Hasta el momento, el covid-19 ha provocado 185 muertes y 3.780 personas infectadas. El presidente Alberto Fernández remarcó que esas bajas cifras son resultado de un esfuerzo colectivo de enormes costos económicos que ha comenzado a mediados de marzo. Argentina, remarcó, ha logrado "hacer más lento" el avance del virus. En abril, "los casos se multiplicaron cada 10,3 días" y "hoy se duplican cada 17 días".

Fernández dijo que si bien se han cumplido "alguno de los objetivos que nos habíamos fijado", la pandemia sigue siendo una realidad que "azota en todo el mundo" y obliga a mantener las restricciones aunque con algunas medidas de apertura. A partir del 28 de abril se inaugura una "etapa distinta" del confinamiento. Se mantiene el cese de actividades en la administración pública y en las áreas recreativas. No se abrirán las escuelas ni universidades. "Vamos a autorizar que diariamente toda persona pueda salir durante una hora en un radio de 500 metros de su casa con fines de esparcimiento", anunció, con la advertencia de que este permiso "significa" en los hechos "exponerse más al virus". Las salidas, puntualizó, serán con mascarillas y tapabocas, manteniendo la distancia obligatoria y la higienización de manos y ropas.

El presidente aseguró que desde que decretó la primera cuarentena se ha reforzado el sistema sanitario de cara a un eventual "pico" de contagios. "Ya tenemos más de 700 respiradores nuevos y 200 portátiles", dijo. Se sumaron además 4031 médicos y 11.500 camas, se construyeron 12 hospitales modulares y se aumentaron en 170.000 los test serológicos.

Las consecuencias económicas

"Aun cuando hemos dado pasos importantes estamos lejos de decir que esto está terminado", remarcó durante su mensaje televisado. Fernández puso el acento en una de las más graves consecuencias laterales de la pandemia: la económica. Se calcula que el PIB caerá en 2020 un 5% en el mejor de los acasos. Argentina saldría del autoaislamiento y la parálisis productiva con un 50% de pobres, 10 puntos más que al asumir el Gobierno peronista en diciembre pasado. "La pandemia también genera otros conflictos. Somos muy consciente de esos", dijo.

El peronismo promueve la aprobación por parte del Congreso de un gravamen "excepcional" a los argentinos de "mayor capacidad contributiva". El llamado "Impuesto Patria" alcanzaría a los poseedores de tres millones de dólares en adelante. Se busca recaudar unos 3.000 millones de la moneda norteamericana. La oposición de derechas rechaza ese tributo que, de acuerdo con sus promotores, serviría para reducir presión sobre las cuentas públicas, ayudar a sostener los ingresos de los argentinos que se han quedado en sus casas por la cuarentena, e incluso, alimentarlos. Pero, además, se necesita reactivar una producción económica que ya se encontraba en una situación muy crítica, con 16 millones de pobres y cuatro millones en la indigencia; alta inflación y más de 20.000 empresas quebradas extintas entre 2015 y 2019.