Cuando el viernes nos despedimos de nuestros alumnos de Arroyo de la Luz, de Aliseda, de Malpartida e incluso de Cáceres, con el anuncio de la suspensión de las clases, los profesores del instituto “Luis de Morales” sabíamos que los días próximos iban a ser duros pero no imaginábamos hasta qué nivel.

Primero fue el bloqueo de Arroyo de la Luz, a pocas horas de suspenderse las clases, y posteriormente la declaración del estado de alarma en toda España. Todos hemos quedados confinados en nuestros hogares. Pero Arroyo de la Luz es el epicentro de la pandemia en Extremadura, con dos fallecidos y varios infectados. En esta localidad la situación es incómoda para la mayoría pero grave y preocupante para los que tienen el virus más cerca. Por ello creemos conveniente decir que nuestro corazón está con ellos, con ellas. Que nuestro deseo es volver a saludar a nuestros alumnos y alumnas como hacíamos todas las mañanas, pero de manera más efusiva. Y que esperamos que ese reencuentro sea cuanto antes. Que deseamos volver a la rutina de las clases y los exámenes, de las numerosas sonrisas y de algún que otro enfado, como es normal. Y mientras tanto estaremos alejados pero muy cerca, con Arroyo siempre presente en nuestras mentes y en nuestro corazón.

Los arroyanos y arroyanas se caracterizan por su nobleza y amabilidad. Ahora están demostrando su fortaleza y responsabilidad. Como un ejemplo a seguir por los demás.