Desde el pasado viernes la Guardia Civil controla todos los accesos a la localidad cacereña de Arroyo de la Luz (5.800 habitantes), el principal foco del coronavirus en la región, que acumula 35 casos positivos (dos hospitalizados y 30 en aislamiento domiciliario) y tres fallecimientos (una mujer de 59 años, la primera infectada, y dos ancianos de la residencia Virgen de la Luz). Este martes coparon las calles los militares, que comenzaron a colaborar en la desinfección de las vías públicas y del mobiliario urbano.

Llevan cuatro días confinados y eso empieza a pasar factura psicológicamente. Su situación es más complicada que la del resto de los extremeños porque, a la obligación de permanecer en casa, se suma el elevado número de infectados y los fallecimientos (tres de los cinco que han perdido la vida por el coronavirus hasta ahora en Extremadura). Muchos de ellos comienzan a presentar «estados de nerviosismo, angustia, ansiedad y problemas de sueño», tal y como afirma el ayuntamiento de la localidad.

Por esta razón el Colegio de Psicólogos de Extremadura se ha ofrecido para prestar ayuda psicológica gratuita a los vecinos que la soliciten. Lo hacen a través de un convenio firmado con la Consejería de Medioambiente a través de la Dirección General de Protección Civil y coordinado por la trabajadora social de Arroyo de la Luz. De esta forma, los arroyanos que necesiten de esta terapia deberán ponerse en contacto con esta empleada municipal, que será la encargada de ponerles en contacto con uno de los psicólogos.

El colegio ha puesto a disposición a nueve profesionales del grupo de intervención psicológica de emergencia, aunque se espera que poco a poco se vayan incorporando más, según la demanda. El dispositivo se ha puesto hoy en funcionamiento y, aunque de momento no se ofrecen datos exactos de interesados, ya tienen conocimiento de que son varios los vecinos que se han puesto en contacto con la trabajadora social para este asunto.

«El objetivo es cubrir la situación emocional de estrés y ansiedad que sufren por lo que están viviendo», explica la coordinadora del grupo de intervención en situaciones de emergencia del colegio, Ana Belén Guisado. La atención que se les prestará será telefónica y todas las veces que lo requieran, aunque no se trata de una terapia en sí, sino una intervención de carácter urgente para tratar esta situación atípica. «El psicólogo lo que hace es analizar la situación emocional y la sintomatología a nivel físico que eso les produce», añade Guisado.

Principalmente presentan angustia, falta de aire y problemas para dormir. «El objetivo -añade- es ver hasta qué punto esas preocupaciones son reales e intentar desmontarlas. Lo que se intenta con ellos es normalizar todas esas emociones, hacerles entender que lo que sienten es normal debido a esta situación anormal (es decir, lo que es anormal es lo que está ocurriendo, no sentirse angustiado), para que tengan claro que no se están volviendo locos por sentirse así y se les dan las pautas para gestionar la situación».

Junto a esta ayuda, la residencia de mayores Virgen de la Luz ha puesto en marcha un servicio telefónico para que los familiares puedan contactar con los residentes.

Cabe recordar que aquí fue donde se registró el primer brote del municipio (aquí trabajaba la mujer de 59 años que falleció a causa del covid-19), por lo que muchos de los residentes se encuentran en aislamiento. Serán los trabajadores del ayuntamiento los que informarán a los familiares del estado de los usuarios y, en el caso de ser uno de los aislados, serán los servicios sanitarios los que ofrezcan dicha información.