El Banco Central Europeo (BCE), la Reserva Federal estadounidense, el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, y el Banco de Suiza han anunciado a última hora de este domingo una "acción coordinada" para proveer de dólares a los mercados en condiciones excepcionales y evitar problemas de liquidez. Se trata de una medida que no había sido necesario adoptar desde la Gran Recesión. La Reserva Federal, así, facilitará moneda estadounidense en una cantidad igual a la que le entreguen los demás bancos centrales en su moneda local ('swap line') a un precio reducido de 0,50 a 0,25 puntos básicos por encima del US dollar overnight index swap (OIS). Estos, a su vez, la prestarán a sus bancos a 84 días, adicionales a la semana a la que actualmente la ofrecen.

Se trata de una medida excepcional adoptada como consecuencia de la crisis del coronavirus. En circunstancias normales, si un banco de la zona euro necesita dólares, por ejemplo para prestárselos a un cliente, los consigue directamente en el mercado. Pero si el precio es excesivo o los mercados no se la facilitan por haber dejado de funcionar correctamente, la entidad puede acudir al BCE, que obtiene dólares gracias a su acuerdo de intercambio de divisas con la Reserva Federal. Actualmente, el banco central del euro inyecta semanalmente dólares a las entidades, que pueden tomarlos prestados a cambio de un interés fijo y depositando activos en garantía. Gracias a las medidas adoptadas, los bancos podrán tomar los dólares durante más tiempo y a menor precio.

Los bancos centrales han anunciado que la medida estará en vigor hasta que sea necesario para apoyar el correcto funcionamiento de los mercados de financiación en dólares. Sus líneas de intercambio de divisas, han argumentado, sirven como un "importante salvaguarda para suavizar las tensiones en los mercados globales de financiación, ayudando así a mitigar los efectos de dichas tensiones en la provisión de crédito a los hogares y las empresas, tanto nacionales como extranjeras".

Tras Lehman

Según explica el BCE, estás líneas de intercambio de divisas servían originalmente a los bancos centrales para financiar ciertas intervenciones en los mercados, pero en los últimos años se han convertido en una "importante herramienta para preservar la estabilidad financiera y prevenir que las tensiones en los mercados afecten a la economía real". Así, recuerda que durante la crisis financiera que provocó la quiebra de Lehman Brothers en septiembre 2008 los mercados financieros "se secaron por la aversión extrema al riesgo" y los bancos europeos se enfrentaron a dificultades para obtener los dólares necesarios para financiar sus activos vinculados a la moneda estadounidense. Para evitar que las entidades vendieran dichos activos de forma abrupta y provocaran caídas extremas en los precios, el BCE y la Reserva Federal crearon una línea de intercambio de divisas.

En el 2011, los principales bancos centrales del mundo, los que han anunciado la medida este domingo, organizaron una red de líneas de intercambio de divisas que les permitía a todos obtener monedas de los demás. Hasta diciembre del 2015, solo se habían empleado para proveer de dólares y francos suizos a los bancos de la zona euro. Tras la Gran Recesión, el BCE también lanzó líneas similares para facilitar euros a los bancos centrales de Dinamarca, Letonia, Hungría, Polonia y Suiza. En el 2013, asimismo, creó una línea con el Banco de China.