Bankia ganó 180 millones de euros durante los nueve primeros meses del año, un 68,8% menos un año antes. La fuerte caída responde principalmente a las provisiones excepcionales de 465 millones (155 millones solo en el tercer trimestre) que el banco ha reservado para hacer frente al incremento de la morosidad y la devaluación de los activos que provocará la crisis del coronavirus, previsiblemente a partir del 2021. El otro factor que lo explica es el notable descenso de los resultados obtenidos por la venta de carteras de deuda (-43,6%).

Los ingresos básicos del banco bajaron un 7,2% por efecto de los bajos tipos de interés. El incremento del cobro de comisiones (10,5%) no compensó la menor aportación de las carteras de deuda, con lo que los ingresos totales del negocio bajaron el 5,9%. Un menor descenso de los gastos (2,1%) provocó que el resultado antes de comisiones cayese el 9,7%.

"Queda un trimestre complejo para terminar el año porque los efectos de la pandemia son inciertos, pero estoy convencido de que, con el compromiso de todo nuestro equipo, conseguiremos cerrar un muy buen ejercicio y estar en la mejor posición posible para afrontar el ilusionante reto que supone la integración con CaixaBank", ha sostenido su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, en un nota.

El banco ha destacado que ha logrado alcanzar en el último trimestre el objetivo de su plan estratégico 2018-2020 de tener un exceso de capital de 2.535 millones en esos tres años. Su compromiso era repartirlo a los accionistas en forma de dividendo extraordinario o recompra de acciones, pero la recomendación del Banco Central Europeo (BCE) de no remunerar a los accionistas este año por la crisis del coronavirus le llevó hace meses a retirar esa idea. Ahora servirá para la fusión con CaixaBank, según han explicado sus gestores.