El aumento de pacientes críticos obliga a abrir una segunda Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para pacientes covid en la capital cacereña. Se han duplicado en solo una semana, lo que ha supuesto tener que empezar a utilizar la UCI del Universitario también para enfermos infectados, que hasta ahora se concentraban en el hospital San Pedro de Alcántara.

La UCI de este último centro hospitalario cuenta solo con 12 camas y lleva ya unos días al límite. De hecho, según el plan de contingencia, la del Universitario debía haber abierto el pasado sábado, porque contempla que no puede haber más de siete pacientes covid en esta unidad (tienen que quedar camas libres para ingresos de urgencia). Pero el aumento de los hospitalizados fue tan rápido (en dos días se ha pasado de ocho a los 13 de ayer) que ha sido imposible ponerla a disposición antes.

Saltan las alarmas por la ocupación en las unidades de intensivos, pero en la capital cacereña hay camas suficientes, ya que a las 12 del San Pedro de Alcántara hay que sumar las 25 del nuevo hospital, que podrían ampliarse hasta diez más si se pone en funcionamiento una tercera UCI, también ubicada en el Universitario (en la primera ola hicieron falta las tres, esta última para pacientes no covid y las otras para infectados).

La misma atención

«Hemos llegado al límite pero en el Universitario estamos preparados, hay camas con la misma equipación que en el San Pedro de Alcántara. En la primera ola allí se atendió a un gran número de enfermos», asegura el jefe de la UCI del complejo hospitalario de Cáceres, Basilio Sánchez. A partir de ahora, eso sí, todos los pacientes graves no covid ingresarán en el Universitario; es decir, si llegan al San Pedro de Alcántara, aquí serán atendidos y estabilizados, pero serán trasladados después al hospital Universitario, donde compartirán espacio con los no contagiados. La UCI del nuevo hospital está perfectamente preparada para enfermos infecciosos, porque cuenta con boxes independientes que permiten el aislamiento.

En estos momentos los pacientes de UCI tienen entre 61 y 77 años, una edad muy similar a la de la primera ola, aunque superior a la de la segunda. En ésta hubo ingresados de 50 años o menos, pero la mayoría respondió bien a los tratamientos y se curó.

Ahora, los enfermos presentan una evolución parecida a los primeros que ingresaron entre marzo y abril: «les aplicamos los tratamientos que nos han demostrado que más pueden ayudar. Se necesita mantenimiento y paciencia. Muchos llevan más de 40 días ingresados y hay que intentar mantenerlos en las mejores condiciones para que sus órganos puedan superar la enfermedad sin que consuma sus recursos biológicos», señala el jefe de la unidad, que recuerda que en esta UCI no existe criterio de ingreso por edad.

Basilio Sánchez reconoce que existe preocupación entre el equipo de intensivistas por la situación. Están «sobrecargados» y lo único que les salva es la experiencia: «no nos coge sin preparación, hemos tratado a casi cien enfermos covid, hemos afinado los tratamientos y conocemos mejor el curso de la enfermedad», añade.

Mientras tanto, crecen las hospitalizaciones (ayer 112, dos más) y los contagios. Ayer se registraron 60 positivos en la ciudad; 125 en el área de salud. Y la incidencia a 14 días sigue disparada: 1.007 casos por cada 100.000 habitantes y 489,98 a una semana.