Todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad en la Fase 1 de la desescalada. Este es el objetivo del gobierno de Salaya, que ayer anunció que 18.230 metros cuadrados de vías se han cortado al tráfico. El alcalde dijo que esta decisión se adopta para «proteger» a los cacereños y para favorecer al comercio y a la hostelería, fundamentales en la creación de riqueza.

Sobren este último sector, indicó que ayer no abrió por tres razones: el clima, el deseo de esperar a condiciones más favorables y el miedo que anida en la ciudadanía. En el ánimo de ayudar a los hosteleros, el regidor firmó la resolución en la que se detallan medidas del ayuntamiento y del gobierno central, entre ellas facilitar y agilizar las licencias; por ello se abre desde hoy un plazo de 30 días para que los hosteleros que quieran ampliar veladores puedan hacerlo y los que no tenían los soliciten.

Para pedir la ampliación deben exponer en la solicitud su caso: ocupación eliminando aparcamientos o ampliando espacio en la acera. Luego, el Sistema de Información Geográfico estudiará la petición y la policía redactará el informe definitivo.

Salaya, que protagonizó la primera comparecencia de la novena semana del estado de alarma, admitió que llegados a la Fase 1 el papel de la policía local «pierde relevancia» puesto que se permiten los contactos grupales y resulta más complicado denunciar. Por ello hizo un llamamiento al civismo y la responsabilidad personal.

De viernes a domingo, antes de la llegada de esta nueva fase, se interpusieron 69 denuncias, una de ellas a un menor multirreincidente que además desobedeció a la autoridad. La irresponsabilidad se dejó notar en seis cacereños de un grupo de diez que se dieron a la fuga al percatarse de la presencia de los agentes. Los otros cuatro fueron denunciados. Por cierto, ayer abrieron Talleres Denche y Flores Juanvic, clásicos donde los haya.