El Ayuntamiento de Cáceres dedicará más funcionarios y más agentes de la policía local para agilizar la concesión de nuevas terrazas o la ampliación de las mismas. Lo confirmó ayer el concejal de Urbanismo, José Ramón Bello, tras la reunión que mantuvo con el sector.

Y lo hizo justo el día en el que estaba prevista una protesta de los hosteleros que finalmente pinchó por las desavenencias del gremio. Habían convocado a las 12.30 horas del lunes: hosteleros cacereños, vestidos de negro y con las manos atadas para visibilizar la crisis que a su juicio vive el sector. Iba a hacerse desde el Bombo hasta la plaza, a las puertas del ayuntamiento, para recordarle al alcalde, Luis Salaya, que desatasque la burocracia.

El dirigente municipal ya respondió el pasado jueves diciendo que se sentaría las veces que fuera necesario con los afectados, siempre y cuando no se incumpliera la ley, es decir, no ampliar espacios en Pizarro, calle que sirve de evacuación a la plaza Mayor, o en áreas donde no quedara garantizada la accesibilidad.

Los hosteleros comenzaron con buen pie, sin embargo nunca ha sido un sector precisamente caracterizado por su unión. Incluso llegaron a crear un grupo de whatsapp para reflotar uno de los tejidos productivos esenciales de la ciudad. A las primeras reuniones con el ayuntamiento acudieron como representantes responsables de Mastropiero, Eustaquio Blanco, Barroco, Gran Café, Francis Refolio y Santiesteban.

Pero las cosas se desmandaron dentro del grupo; los hosteleros comenzaron a salirse y lo que en principio parecía un colectivo unido ha terminado con una protesta que ha pinchado. Ayer, nuevos representantes del sector se volvieron a reunir con el consistorio. Fueron dos encuentros por videoconferencia; en el primero participaron responsables de Los Ibéricos, Las Veletas, New Golden y La Esencia; después lo hizo Pedro Rosado, de Aecahtur (Asociación Empresarial Provincial Cacereña de Hostelería y Turismo). Está claro que aquí no hay manera de que se cumpla eso de la unión hace la fuerza. Al menos todos pidieron diligencia y lamentaron las duras condiciones económicas que atraviesan.

José Ramón Bello les prometió potenciar la Sección de Actividades, pero defendió la gestión, que calificó como «pionera» al ser el de Cáceres el primer gobierno en reducir plazas de aparcamiento u ocupación de espacios de la vía pública para aumentar el número de mesas. Aspectos como los Ertes escapan de la competencia municipal y ante eso Bello les dijo que no podía hacer nada.

Cáceres dispone de 140 permisos de creación de nuevas terrazas o ampliación de las mismas, concedidos este año. De ellos, 71 se han otorgado durante el estado de alarma. Antes del viernes la intención de Salaya es haber resuelto otros 18 permisos.

Ayer fue un día intenso en Cáceres: se notó el comienzo de mes, a la vuelta de un puente, con colas en las entidades financieras y más clientes en supermercados y tiendas de ropa, que cumplen las medidas higiénicas. Hoy, por cierto, reabre la biblioteca del Palacio de la Isla de nueve de la mañana a dos de la tarde, de lunes a viernes. La nueva normalidad ya está aquí.