El alcalde de Cáceres, acaba de desgranar cómo se emplearán los tres millones de euros que su gabinete destinará a paliar las graves consecuncias que la ciudad ya está sufriendo por el coronavirus. Salaya quiere que se destinen a ayudas económicas y sociales y a mantener la inversión pública. Para ello, destinará 300.000 euros en turismo, más de cuatro veces más de lo que el ayuntamiento emplea en este sector. Se trata de un plan de promoción turística pos covid que pretende recuperar la imagen de la ciudad y proponerla como destino tras la pandemia. Salvar, en definitiva, la que se considera la principal empresa de Cáceres.

Igualmente, un millón de euros se dedicarán a pymes y autónomos para quienes hayan reducido sus ingresos a partir del 70% o hayan presentado cese de actividad. Primero se pagará y luego los beneficiarios tendrán que justificar; el objetivo es reducir el papeleo. Esta subvención es compatible con cualquier otra y basta con presentar el DNI, CIF y en el caso de tener empleados justificarlo con sus vidas laborales. Con ello se podrán pagar alquileres, nóminas y si hay impuestos derivados de actividades que no se han llevado a cabo (el ejemplo, las terrazas) no se deberán abonar determinados periodos.

De inicio las empresas recibirán 1.000 euros, 999 más si tienen local, 500 más si tienen de 1 a 4 empleados, 750 si disponen de 5 a 10 trabajadores y 1.000 euros más si son de entre 10 y 49 en plantilla. Todo eso siempre y cuando tributen en Cáceres y estén dados de alta en la Seguridad Social antes de haberse decretado el estado de alarma.

Para políticas sociales habrá 1.800.000 de euros, aunque todas las partidas quedan abiertas por si fuera necesario aumentar las cantidades. Habrá ayudas para mayores, familias en riesgo, cuidados, urgencia social, cuidadores, teleasistencia y un largo etcétera de puntos que ya desgranó ayer Salaya.

Además, el 20% del superávit se podrá emplear en gasto social tras el 'sí' del gobierno central. Habrá programas de la UP que se dedicarán a formación y se abordará un plan ambicioso para que todas las obras públicas en marcha se lleven a cabo y para fomentar otras nuevas con el fin de apoyar al sector de la construcción, claramente diezmado por el covid.

Salaya confía en conseguir fondos extraordinarios ("si aparecen", ha dicho) y evitar en la medida de lo posible el endeudamiento porque la crisis, como viene insistiendo desde el inicio, "será larga y dura".