El balance lo hizo ayer el concejal de Seguridad Ciudadana, Andrés Licerán. En los dos meses transcurridos desde que el pasado 14 de marzo se declaró el Estado de Alarma (y hasta el 13 de mayo inclusive), la Policía Local de Cáceres ha interpuesto 1.170 denuncias, lo que suma algo más de 19 por cada uno de los 61 días que forman parte de este recuento realizado desde la jefatura en la jornada del jueves.

A lo largo de este tiempo se han identificado en la vía pública a 8.861 personas de las cuales fueron denunciadas 817. Además se controlaron 14.646 vehículos, con el resultado de 353 conductores o viajeros denunciados. Entre los que les ha caído una multa hay 97 reincidentes, y se ha detenido a cinco personas.

Todos ellos han burlado las normas decretadas por el gobierno central a propósito del confinamiento. Lo han hecho saliendo a la calle, conduciendo o paseando a sus perros sin causas realmente justificadas. Como poco se enfrentan a una multa mínima de 600 euros, aunque en el peor de los casos la cantidad máxima alcanzaría los 30.000. La recaudación podría rondar por tanto los 702.000 euros.

En la fase de desescalada, los agentes han puesto 163 denuncias, de ellas 91 por incumplimiento de las franjas horarias, 50 por incumplir el distanciamiento social y 21 por realizar actividades prohibidas en la vía pública, la mayoría ‘botellones’, sentarse en un banco a charlar sin guardar la distancia de seguridad o padres que mantenían encuentros intergrupales con otros y que dejaban que los niños jugaran entre sí.

De hecho, se han tramitado 34 denuncias que concurren con infracciones por alcohol, nueve que concurren con infracción con perros potencialmente peligrosos; y 17 que concurren con infracciones en la convivencia.

A lo largo de este tiempo ha habido casos de los más variopintos: vecinos de localidades cercanas que venían a pasar el fin de semana a Cáceres, que se trasladaban a segundas residencias haciendo senderismo, dos familias que fueron a sendas casas para celebrar una fiesta de cumpleaños, personas de pueblos que venían a la capital a comprar pizzas...

Los hay que fueron localizados diciendo que iban a buscar tabaco tres kilómetros más allá de sus domicilios o porque se les había acabado el pimentón. Otro de los casos curiosos fue el ocurrido a finales de abril, cuando de madrugada un hombre, al ver a los agentes, dejó abandonado su coche en las inmediaciones de la ronda de San Francisco y se montó en un taxi. Fue interceptado.

Esta semana, por ejemplo, hubo seis cacereños que estaban con otros cuatro y sumaban un grupo de diez, se dieron a la fuga al ver llegar a los agentes. Los cuatro restantes fueron multados. La pasada, interceptaron a un joven que en las redes sociales colgó una foto bebiendo con los amigos con esta frase: «Eres un ‘pringao’. Yo aquí haciendo ‘botellón’ y tú ‘encerrao’ en casa».

Este miércoles la vigilancia no paró, aunque las denuncias cayeron a ocho, cuatro de ellas a cacereños que se encontraban juntos en la vía pública sin justificación y sin mantener las medidas de seguridad, una por actividades no permitidas en espacios públicos y tres por tenencia de sustancias estupefacientes incautadas en los controles realizados, que siguen aumentando, igual que las de beber en la calle. De todas estas denuncias, tres de ellas eran de reincidentes y una de un multirreincidente. Fueron identificados 107 peatones e inspeccionados 192 vehículos.

Aún así, hay margen de error y dos agentes se equivocaron este miércoles al interpretar la norma multando a dos cacereños que jugaban al padel en el Complejo Deportivo Maestro Kim y a un grupo que hacía sus ejercicios en el Skatepark de Mejostilla. En las instalaciones deportivas no hay franja de edad, en la calle, sí.