La crisis sanitaria ha afectado directamente a las residencias de mayores, donde residían la gran parte de los fallecidos, sobre todo en la primera ola de la pandemia. El virus se coló en estos centros y acabó con la vida de los más vulnerables, personas con importantes patologías previas y con un elevado grado de dependencia. Y el área de salud de Cáceres es, de hecho, la que más ha sufrido esta circunstancia. Esto ha llevado al Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia (Sepad) a replantearse el modelo actual de los geriátricos de toda la región, con el objetivo de mejorar la atención que reciben los mayores en estos centros.

Ha elaborado así un documento en el que divide a las residencias en tres categorías, muy similares a las estrellas de los hoteles. En función de ello podrán ser ‘básicas’, ‘óptimas’ y ‘excelentes’. Estos últimos serán los geriátricos de referencia dentro de cada área de salid y se parecerán mucho a lo que es un hospital, porque contarán con asistencia médica y se ampliará la plantilla de enfermeros. El Sepad ha decidido que cada área de salud cuente, al menos, con un centro de este tipo, pero en el caso de Cáceres, el borrador contempla que haya dos: la Asistida y la Cervantes, las dos únicas públicas y las de mayor capacidad.

En realidad este modelo de residencias denominadas excelentes será algo parecido a lo que el Servicio Extremeño de Salud (SES) llevó a cabo en los centros afectados por el coronavirus en esta crisis sanitaria. Tomó la determinación de intervenirlos para intentar frenar la propagación de la enfermedad. Esa intervención suponía convertir a estos geriátricos en pequeños hospitales que en la práctica funcionaban como plantas de Medicina Interna de cualquier centro hospitalario (el covid se trata desde esta especialidad y desde Neumología). Se da la circunstancia, además, de que la residencia El Cuartillo (la Asistida) y la Cervantes fueron también las más afectadas por el coronavirus en la pasada primavera. Según los datos oficiales, en la primera se contagió casi el 80% de los usuarios y fallecieron 75; y en la Cervantes se registraron 64 contagios y 19 muertos.

En el caso de la Cervantes, tal y como confirma la Consejería de Sanidad, se utilizará para esta transformación en centro medicalizado la segunda planta, que se reformó hace seis años y lleva cerrada desde entonces (durante la pandemia sí se ha hecho uso de ella como zona de aislamiento para los mayores contagiados). Una parte de la misma se dedicará además para poder aumentar las plazas de dependientes, que fue la razón principal por la que se rehabilitó este espacio.

OTRAS DOS CATEGORÍAS / El resto de las residencias serán calificadas como ‘óptimas’, a las que se dotará de una plantilla mayor de enfermeros, y ‘básicas’, las que prestarán servicios en el entorno como de acompañamiento, lavandería o catering. Por el momento no ha trascendido cuáles serán.

Además de esta transformación en centros de excelencia, la Consejería de Sanidad someterá a estas dos residencias a una rehabilitación para corregir sus deficiencias. Tal y como publicara este diario, invertirá en estas obras 769.350 euros (el proceso aún está en fase de licitación). En el caso de la Asistida, según recoge la memoria justificativa de la actuación, se van a reformar los aseos asistidos, que presentan humedades debido a las filtraciones que tiene el edificio. En el sótano también se actuará en los baños, donde se cambiará el saneamiento y se adaptarán a la normativa de accesibilidad. Y se cambiarán las luminarias de todo el recinto. En el exterior se desbrozarán y talarán árboles y se pavimentará la zona de aparcamientos, donde se sustituirá la instalación del alumbrado. Aquí además se hará la preinstalación de un sistema de videovigilancia para una futura gasolinera de recarga de vehículos eléctricos.

Por su parte, las actuaciones que Sanidad prevé realizar en la residencia Cervantes consisten en incorporar varios sistemas de climatización que se encuentran obsoletos o averiados en las zonas de comedor y cocina, en la segunda planta y en la lavandería. Y sustituirá la caldera debido al mal estado de la actual, que conlleva un riesgo para los usuarios.