Una situación de urgencia requiere una solución inmediata. Con esa premisa sobre la mesa esta mañana se ha celebrado la reunión a tres bandas entre la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, el ayuntamiento pacense y la Junta de Extremadura para habilitar nuevos recursos con los que dar cobertura a las personas sin hogar de cara a la ola de frío y ante la posibilidad de un segundo confinamiento a causa de la pandemia. El vicario general, Francisco Maya, ya había avanzado el día anterior que tanto el Centro Hermano como el albergue temporal de la calle Bravo Murillo estaban al completo y que en este último había en lista de espera 14 personas. el albergue temporal de la calle Bravo Murillo estaban al completo

A la vista de que se necesita un espacio que se pueda ocupar cuanto antes, la decisión que se ha tomado es mantener las instalaciones de Bravo Murillo, con 23 plazas, y habilitar otro albergue temporal con capacidad para otras treinta personas. Según explicó Maya, se estudian dos posibles ubicaciones, aunque prefirió no concretar cuáles porque aún no hay nada definitivo. La próxima semana mantendrán una nueva reunión para tomar una decisión en firme y poder disponer cuanto antes de este nuevo recurso. «Hay por parte de todos una disposición muy buena», valoró el vicario general.

A la reunión, además de Francisco Maya, asistieron la directora general de Políticas Sociales, Carmen Núñez, el concejal y el gerente del Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMSS), Antonio Cavacasillas, y José Antonio Expósito, respectivamente, y la secretaria general y el director de Cáritas de Mérida-Badajoz, Ana Correa y Jesús Pérez Mayo. Cavacasillas reconoció que la intención es que el nuevo albergue para personas sin hogar esté próximo al de Bravo Murillo o al Centro Hermano, para facilitar la labor de Cáritas. En este sentido, reconoció que ni la diócesis ni tampoco el ayuntamiento y la Junta disponen de inmuebles en la zona que respondan a las necesidades de este tipo de recursos, por lo que la opción que se ha planteado es el alquiler

Serán los técnicos de Cáritas, según dijo el concejal, los que tendrán la última palabra atendiendo a las necesidades de espacio y funcionamiento que se requieran, pues se deben cumplir las normas de Salud Pública en cuanto a aforos y distancia de seguridad (en las instalaciones no solo duermen, también cenan y se duchan). Estas limitaciones impiden que se puedan habilitar más plazas en el albergue de Bravo Murillo (además una parte de las instalaciones no están en condiciones de uso), a lo que se suma que los usuarios que llegan por primera vez deben permanecer aislados y realizarse una PCR. Ahora, Cáritas está estudiando la viabilidad de realizar test de antígenos, cuyos resultados se obtienen más rápido.

Recurso permanente en el futuro

El concejal apuntó que de lo que se trata ahora habilitando este nuevo espacio para las personas sin hogar es de poder ofrecer una solución lo más inmediata posible - como el vicario, descartó la opción de volver a habilitar el pabellón de Las Palmeras bajas temperaturas- , pero señaló que el ayuntamiento está trabajando para contar en el futuro con un albergue permanente, una reivindicación que Cáritas mantiene desde hace años, y para la que el concejal ha solicitado a la Junta su colaboración.

Cavacasillas también ofreció a la directora de Políticas Sociales (ya lo había hecho al consejero de Sanidad) el uso gratuito del programa informático con el que el IMSS, en colaboración con diversas entidades sociales, ha puesto en marcha una base de datos unificada de demandantes de ayudas para coordinar las intervenciones y ser «más eficientes».