Eva María Moclan se trasladó en febrero a Badajoz desde Madrid temporalmente para trabajar en la reforma de supermercados y el estado de alarma la cogió lejos de su lugar de origen. Las reformas se paralizaron y empezó a trabajar de cara al público. Su traslado estaba previsto para varios meses y había aceptado el ofrecimiento de una amiga para alojarse con su familia. Pero con la crisis sanitaria, entendió que eran demasiados conviviendo en una vivienda pequeña y además podía poner en riesgo a sus anfitriones. Tenía que buscar otro lugar y su sueldo no le alcanza para abonar un alquiler sola. «Yo había venido a Badajoz sin nada, sin coche y sin poder subir a Madrid», cuenta.

Fue a través del programa de televisión Sálvame como se enteró de que existe una iniciativa de ámbito nacional, Emergency Home, que pone en contacto a propietarios de viviendas vacías en condiciones de habilitabilidad que las ofrecen gratuitamente a personas que las necesitan eventualmente, con la intermediación de agentes inmobiliarios, que avalan las garantías legales del contrato.

La mayoría de los profesionales que han acudido a esta opción (en España ya se han firmado 300 contratos, el 60% en Madrid y Barcelona) son sanitarios. Eva María decidió probar suerte, que le llegó generosamente de la mano de Inés.

Esta vecina de Badajoz tiene un piso en propiedad que mantiene en perfecto estado de uso para atender a familiares mayores que a veces pasan temporadas en esta ciudad. En estos momentos no estaba ocupado. Se enteró de esta iniciativa a través de la prensa y pensó que podían ofrecer su vivienda, que estaba preparada para entrar a vivir de manera inmediata, pues además de muebles, tiene conexión de agua y electricidad (requisitos imprescindibles para poder forma parte de este proyecto) y todo el ajuar necesario. El mecanismo es sencillo: los dueños de pisos vacíos tienen que registrar su ofrecimiento en la página web www.emergencyhome.help, a la que a su vez acceden los interesados en ocuparlos. Inés solo tuvo que poner dónde estaba el piso y confirmar que estaban dispuestos a cederlo.

Francisco Moleón, de la promotora Molquesa MyD es el contacto de Emergency Home en Badajoz y quien ejerce de intermediario entre las solicitudes registradas de propietarios y los demandantes. Fue él quien se puso en contacto con Inés y Eva María telefónicamente. Inés desconoce qué criterio se siguió para que fuese Eva María la elegida para entrar en su casa. Moleón intercambió sus teléfonos y ya fueron ellas las que llegaron a un acuerdo directamente. «Me animó a hablar con ella para que comprobase si me ofrecía confianza, pues la relación va a ser entre nosotras, como propietaria y beneficiaria, y era yo la que le tenía que comentar cualquier circunstancia que quiero que se respete», cuenta Inés.

En la llamada telefónica llegaron a un acuerdo y solo se han visto en la entrega de la llave «con mascarilla y guantes, manteniendo la distancia de seguridad». Lo previsto era hacerlo por mensajería, pero en este caso Inés vive a pocos metros. Según esta propietaria, la ventaja de esta iniciativa es que «te permite ponerte en contacto con quien lo necesita, que de otra manera sería difícil», y sobre todo «da la seguridad a los propietarios de que la página web te confecciona un contrato con cláusulas que le dan una formalidad y ese respaldo de los abogados es muy importante, porque los propietarios se sienten respaldados a la hora de poner una viviendas disposición de una persona que la necesita sin temor a que te estafen». Por otra parte, el acuerdo esté limitado a un mes y la web recaba del beneficiario un justificante de la empresa que demuestre que está afectado por la crisis del coronavirus.

Por su parte, Eva María no podría estar más a gusto en la vivienda de Inés. «Yo le estoy superagradecida, porque aquí estoy desamparada y el piso tiene de todo, está genial», señala. Además, la vivienda está a pocos minutos andando de su lugar de trabajo. En el piso de su amiga convivía con otras seis personas. «Salgo todos los días a trabajar a un supermercado, que es un sitio de alto voltaje y es mejor vivir sola, mi cabeza está más tranquila», comenta.

El plazo del acuerdo es lo que ahora preocupa a Eva María, pues no quiere renunciar a su contrato en el supermercado, que inicialmente era para varios meses, lo que durasen las reformas. También Inés es consciente de que la situación se ha prolongado más de lo previsto. Francisco Moleón entiende que aunque en principio estaba organizado para un mes, se podrían firmar prórrogas.

El de Inés y Eva María es uno de los cuatro contratos que Moleón ha tramitado en Badajoz, donde ya está intentando encajar otros dos. Como era de esperar, hay más demanda que oferta. Se han apuntado más de 40 solicitantes, la mayoría sanitarios. Moleón apunta que hay más propietarios que ofrecen pisos, pero deben estar listos para ser ocupados. Cada acuerdo es distinto. Hay dueños que ofrecen incluso hacerse cargo de la factura de la luz y el agua. «Nosotros -explica- lo que hacemos es darles una seguridad jurídica, porque al final el trato es entre ellos».