CCOO y UGT han redoblado la presión al Gobierno para que prolongue los incentivos para los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y los adapte a su recién anunciado plan de desescalada del confinamiento. En vísperas del Primero de Mayo, los sindicatos temen una ola masiva de despidos si esta fórmula no se extiende en el tiempo. El elevado coste para las arcas de la Seguridad Social de dicha medida está siendo el principal escollo de las negociaciones entre agentes sociales y el Gobierno. A este los sindicatos le piden que no escatime recursos públicos, pues consideran que "el dinero que se pretenda ahorrar ahora con los ertes se tendrá que pagar luego con desempleo", según ha manifestado este jueves el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, en un acto telemático organizado por Nueva Economía Forum.

El Gobierno anunció el pasado martes su esquema de desescalada del confinamiento, aunque no ha concretado todavía qué pasará con todos aquellos ertes que vencen con el estado de alarma, actualmente previsto para el próximo 9 de mayo. Las patronales, especialmente las de los sectores vinculados con el turismo, ya han declarado públicamente que no van a garantizar el empleo si el Ejecutivo no asume parte de los costes laborales. Y los sindicatos ven en ese sobrecoste para el erario público un mal menor para minimizar los despidos. Pues dentro del “drama” que reflejaron los datos de empleo de marzo (con casi 850.000 afiliados menos a la Seguridad Social), la destrucción hubiera sido “infinitamente mayor si no hubiera ertes”, ha afirmado el secretario general de CCOO, Unai Sordo.

Las centrales ven la necesidad de prolongar ese "puente" para acompasar la vuelta a los trabajadores tanto al ritmo exigido para frenar la pandemia, como para adaptarlo a la reactivación de la demanda. Pues, según han señalado los dirigentes sindicales, no todas las empresas volverán a la actividad cuando el Gobierno lo autorice administrativamente. La crisis del covid-19 está siendo una crisis tanto de oferta, como de demanda; tal como reflejan los datos del PIB publicados este mismo jueves, con la mayor caída de la serie histórica.

Más industria en la “nueva normalidad”

Otro elemento que han puesto este jueves sobre la mesa los máximos dirigentes sindicales es la reconversión del modelo productivo de la economía española. Uno que acentúe el peso de la industria y no conceda tanto protagonismo a los servicios, especialmente a aquellos estacionales y especialmente dependientes de la demanda exterior como es el caso del turismo. "Es imprescindible una red industrial que garantice unos suministros básicos", ha defendido Sordo. Un cambio que las centrales también consideran básico a la hora de producir y proveer internamente de los materiales sanitarios elementales durante la actual pandemia. "Ya hemos visto lo que pasa cuando hay que recurrir al bazar en el que se ha convertido el comercio internacional", ha declarado Álvarez.