Y de nuevo, restricciones. Dentro solo pueden utilizar el 40% de las mesas, con un máximo de seis comensales, y la barra está prohibida; fueras las terrazas se deben reducir a la mitad. El frío y los días de lluvia dificultarán que se llenen los veladores. La reivindicación se resume en una premisa: «¿Por qué se debe seguir abonando el 100% de los costes, de los impuestos, si estamos a medio gas?». Extremadura ha entrado en nivel de alerta 3, lo que significa riesgo alto, lo que implica a su vez que se ponen en marcha diversas medidas para evitar contagios de covid-19. Y la hostelería se vuelve a sentir «demonizada».

«Estamos en la UCI, agonizando», resume Laura García, de la Plataforma de Hostelería de Badajoz y al frente del bar Carmen. «Somos los primeros que aceptamos las normas, que somos conscientes de lo que hay; pero también somos los que más aplicamos las medidas de seguridad. El porcentaje de contagios en bares y restaurantes es mínimo, el problema está en el ocio no controlado», se lamenta. Los datos del Ministerio de Sanidad dicen que los casos confirmados en la restauración oscilan entre el 2 y 4% del total.

Mensajes contradictorios

Dice que sobrevivir con las restricciones es complejo y que además desde las autoridades sanitarias se mandan mensajes confusos: «Te dicen que te quedes en casa por prevención pero los bares siguen abiertos... ¿Que sería mejor que nos cerraran? Ojalá fuera así y se pusiera en marcha un plan de Ertes y de ayudas a los autónomos. Pero este Gobierno no tiene dinero para nada. De manera que esto es una muerte agónica».

Con esta reflexión y experiencia coincide Augusto Díez, más conocido como Pino, cocinero de Mario & Marieta y miembro de la directiva de Acabares, la nueva asociación que aglutina a cafés, bares y restaurantes de Cáceres. «Hay que elegir entre que nos maten a pellizcos o nos quiten el aire del todo; porque si nos cierran no va a haber ayudas».

«Vamos reduciendo horas al personal porque no llegamos; y ahora resulta que el toque de queda en Extremadura podría durar hasta el 9 de mayo. Si es así vamos a caminar hacia un agujero negro. Veremos cómo muchos locales van a ir cerrando». El pesimismo -«es realismo», subrayan- los invade.

Por otra parte, han conseguido algún beneficio. Como por ejemplo no pagar las tasas de veladores en 2021.

Mientras, en las comunidades vecinas como Andalucía o Castilla-La Mancha, las medidas se han endurecido recientemente y han afectado directamente a la hostelería. Al sur, todos los bares y restaurantes tendrán que cerrar a las seis de la tarde desde hoy mismo. Al este, se clausura el interior de todos los estableciientos -incluyendo locales como casinos, bingos o casas de apuestas con servicio de hostelería-, y el aforo máximo de las terrazas se mantiene al 50%.

Desde Extremadura se mira de reojo a estas normas con el temor de llegar a la «asfixia» sin ayudas.

Protestas del sector mañana en Cáceres, Badajoz y Mérida

Bajo el lema ‘Salvemos la hostelería’, los cocineros de Cáceres protestarán mañana en la plaza Mayor a las 10.30 horas para reivindicar que sus establecimientos son seguros. Temen un duro invierno que

La protesta se llevará a cabo igualmente en Badajoz; la concentración será a la misma hora en la plaza de España.

Los hosteleros de Mérida saldrán también mañana a la calle para solicitar medidas que ayuden a paliar la situación que viven. Será una marcha en coche entre las 11.00 y las 12.30. Cabe recordar que más de 100 locales emeritense secundaron la huelga del 29 de octubre para protestar por las restricciones, básicamente las mismas que hay ahora, informa Carmen Hidalgo.