Tras un primer fin de semana superados por la ola del coronavirus, los hogares extremeños comenzaron ayer a organizarse. Donde hay niños, tampoco hubo más remedio. Empezaron a llegar los deberes por Rayuela y las casas se convirtieron en auténticas aulas donde los padres trataban de manejarse, además de llenar la despensa y trabajar desde casa (el teletrabajo ya desvela su cara B). Colegios e institutos consultados por este diario están inmersos en la organización de la programación y envían las primeras tareas de la cuarentena, incluso imparten ya clases por videoconferencia.

Rayuela, plataforma integral de la Consejería de Educación de Extremadura que conecta a toda la comunidad (profesores, alumnos y padres), aguantó el tipo en su primera jornada de récord. Es la referencia para enviar deberes, consejos, programaciones y lecciones a cada hogar donde haya un escolar. En algún momento de ayer lunes parecía no funcionar, pero la Junta aclaró que esto solo se produjo durante un 18% de la jornada «para adaptarla a los nuevos requerimientos», con el fin de mejorar el servicio en las circunstancias actuales. «Pedimos comprensión puesto que la capacidad técnica está a pleno rendimiento», subrayó la consejería.

Un 45% más de tráfico

Aun así, Rayuela aguantó. El tráfico se incrementó ayer un 45% y a media mañana había 81.239 usuarios conectados de manera simultánea. Tremendo. En total tienen acceso 170.000 estudiantes y sus correspondientes familias, y 17.000 docentes. La gran aula extremeña soporta la embestida, mientras la consejería también potencia recursos y medios a través de educarex.es (eScholarium, nuevo canal Télegram para docentes...).

Que se lo digan a Diego y Sergio, dos hermanos de la barriada cacereña de Mejostilla, de 2º y 5º de Primaria, que desde ayer aplican su nuevo horario con ayuda de Rayuela: tareas escolares de 10.00 a 13.00 horas apoyados por Nely, su madre. «Trabajo en banca y me han facilitado un permiso retribuido», explica. Esa opción le ha salvado la cuarentena. Ayer ya navegaba de Rayuela a Google Classroom, otra plataforma estrella estos días para gestionar un aula on line (el profesor y todos los alumnos colaboran). «Diego ya tiene tareas de música y lectura. A Sergio le entregaron el viernes cuadernillos con todas las materias y fotocopias, que vamos completando según las pautas que llegan por internet. Su profesor de inglés también ha abierto un aula virtual», indica la madre.

Ambos son alumnos del colegio Licenciados Reunidos, donde ayer el equipo directivo se coordinaba desde casa (se ha decretado el cierre de los colegios) para gestionar las tareas de 1.200 escolares en las próximas dos semanas. «Vamos a poner ejercicios diarios a fin de que los alumnos tengan trabajo y no pierdan el ritmo», declaró el director, Francisco Álvarez. «Todos los profesores estamos adecuando la programación didáctica», matizó. Ayer mismo, un profesor de Física del centro impartió la primera clase por videoconferencia a Bachillerato, nivel que preocupa por la EBAU, aunque suena con fuerza la posibilidad de retrasarla.

«Cada docente o cada grupo de profesores por materias y ciclos estamos utilizando diferentes herramientas. La principal es Rayuela, pero a medida que sube el nivel académico se usa Télegram, Snappet o Google Classroom», detalló Antonio Barrigón, jefe de estudios del Licenciados.

Cada nota cuenta

Mientras, otro alumno extremeño, Manuel, daba ayer por finalizados los días de adaptación al ritmo casero (‘Play’ incluida) y se puso a trabajar. Ha cambiado las clases del IES El Brocense por las indicaciones a través del ordenador. Lo suyo no es broma. Estudia 1º de Bachillerato y cada nota cuenta para la universidad. «Ya estoy con un trabajo de filosofía que tenemos que entregar el viernes por Rayuela como sustitución del examen programado para hoy (por ayer), y con otro de biología para el 24 de marzo. Hay que estudiar ‘mates’ porque nos han dicho que el examen será al día siguiente de volver a clase», detalla este joven de 16 años. Ayer también tuvo su primera clase de Física por Google Classroom. «Nos vamos a conectar a la misma hora que tenemos la asignatura en el instituto. La profesora explica, resuelve dudas, manda ejercicios...».

Pero no es lo mismo, Manuel sabe que resultará difícil mantener el ritmo en solitario. «Por eso me he propuesto seguir el horario de clase, quizás no madrugar tanto y a cambio aprovechar también la tarde», comenta.

Fernando Fernández es jefe de estudios adjunto de FP de El Brocense, que reúne a un millar de alumnos de ESO, Bachillerato y FP. Hay que organizarlos a todos. Por ello, el equipo directivo se coordinó ayer para remitir al profesorado las herramientas y plataformas disponibles, además de Rayuela, que han venido ya estudiando en previsión de esta situación. «Algunos compañeros preparan clases por Skype, Ipsi o Webex, o a través de la plataforma @vanza», indica Fernando Fernández.

Cada profesor implementa soluciones en virtud de su asignatura y la edad de sus alumnos. Sea como sea, todos comienzan a trabajar desde casa. En el caso de FP la cuestión se complica, porque muchos contenidos requieren equipamiento solo disponible en el instituto. «Los profesores vamos a utilizar las distintas alternativas que ofrece internet --precisa--, y en los ciclos más prácticos avanzaremos la teoría para centrarnos en la práctica cuando regresemos». Y ese día ya está más cerca.