Estaban estudiando cómo reorganizar el negocio de catering para empezar a servir comida a domicilio, cuando las informaciones que les llegaban de damnificados por la crisis, de familias que lo están pasando mal, les hicieron reconducir sus pensamientos. «En quince minutos cambiamos la idea, hay que ayudar y ya está, llamamos a los amigos que sabíamos que iban a responder de inmediato y nos pusimos a funcionar», cuenta el cocinero Manuel Corbacho, del catering Come y Calla. El resultado ha sido la puesta en marcha de la iniciativa ‘Cocinamiento Solidario’, que se ha puesto en funcionamiento en muy poco tiempo, con el sostén de otros profesionales y empresas de Badajoz que no han dudado en echar un cable y lo que haga falta.

‘Cocinamiento Solidario’ está desde ayer en plena faena y a partir de mañana llevará 250 menús diarios a familias desfavorecidas de distintos puntos de la ciudad. Esto es solo el comienzo.

En el proyecto están involucrados cocineros, proveedores «que también lo están pasando mal», una empresa suministradora de gas, otras de productos de limpieza y hasta la que facilita envases para la comida, que se cocina en las instalaciones de Come y Calla en el polígono de El Nevero. Ayer estuvieron desinfectando y recogieron el pedido del Banco de Alimentos, que les facilita el 80% de los productos que necesitan. Corbacho se está llevando una gratísima impresión de cómo funciona esta institución.

«Desgraciadamente vivimos a la carrera y no nos damos cuenta de todo lo que hay, pero cuando te toca te percatas de que hay gente muy buena», dice agradecido y motivado. En el perfil de redes sociales de esta iniciativa aparece el listado de colaboradores, aunque algunos han preferido no hacerlo.

La iniciativa cuenta con el apoyo de la Concejalía de Servicios Sociales para organizar el reparto y a la vez les ha facilitado un listado de 36 beneficiarios. Por su parte, desde ‘Cocinamiento Solidario’ se han puesto en contacto con asociaciones de vecinos que han incrementado la relación de usuarios, a quienes llevarán la comida a sus sedes para agilizar el reparto. De momento están coordinados con la Asociación de Vecinos de Suerte de Saavedra, con la del Gurugú y con la Parroquia de San Fernando. También van a atender personalmente a algunos amigos que están sufriendo especialmente esta crisis.

Cuando han sumado 250 menús se han detenido, hasta comprobar cómo arrancan. Si fuese necesario abrir otra cocina ya han hablado con el instituto San Fernando, porque cinco de los colaboradores han sido alumnos de este centro, donde funciona un ciclo formativo de Cocina y Gastronomía. Una de las que colabora es profesora y también hay alumnos echando una mano. Se han organizado con grupos de trabajo: 8 cocinando, uno con los pedidos y recepción de mercancía y otro con los voluntarios

Esta semana empiezan a servir el miércoles porque no les ha dado tiempo antes. Pero van a repartir los menús de dos días los lunes y miércoles y el viernes para el fin de semana. Preparan comida casera caliente: primer plato, segundo y postre para el mediodía y un bocadillo para cenar. No pueden hacerlo de otra forma, porque si cocinan cada dos días, tienen que sacar mil raciones al día, «y no queremos meternos en más de lo que podemos abarcar de momento».

Entre los beneficiarios hay 20 niños, algunos de ellos bebés de meses, para los que tienen potitos que ha facilitado el Banco de Alimentos. También han previsto menús para varias personas diabéticas y celiacas.

El proyecto ‘Cocinamiento Solidario’ se ha planteado con una duración de seis semanas. Corbacho se enorgullece del «aluvión» de donaciones que están recibiendo de momento y confía que no se detenga.