El comedor social Padre Cristóbal se prepara para su reapertura. Aún no hay fecha concreta, pero en estos momentos se están llevando a cabo todas las tareas de limpieza y desinfección para poder retomar la actividad presencial cuando la situación lo permita. «En cuanto veamos que no hay peligro se abrirá», explica la Hermana Magdalena Muñoz, responsable del centro.

Para adaptarse a la ‘nueva normalidad’, se ha optado por separar las mesas a dos metros de distancia y donde antes se sentaban cuatro personas, ahora se sentarán dos o una. Además, se establecerán dos turnos de comida para garantizar el distanciamiento y la atención a todos los usuarios. Y por motivos de higiene, de momento no se podrá retomar el servicio de duchas y ropero que se prestaba todos los martes y jueves. Por ello se pide a la ciudadanía que hasta nuevo aviso, se abstenga de llevar bolsas de ropa usada. El comedor cerró sus puertas tras decretarse el estado de alarma el pasado 16 de marzo, pero el confinamiento no ha impedido que se siga ayudando a quienes más lo necesitan.

Según detalla la Hermana Magdalena, durante estos dos meses el cátering ha repartido a domicilio una bolsa de comida para sus más de 30 usuarios. Ahora en la fase 2 sigue sin abrir porque los voluntarios no pueden manipular la comida, pero los usuarios sí tendrán la opción de ir a recoger sus bolsas y llevárselas a casa. «Nos duele mucho que no puedan estar con nosotros, pero tiene que ser así», explica la Hermana, que asegura que los usuarios también están «deseando volver» porque al final encuentran en los voluntarios el calor de un hogar.

El centro presta atención a entre 30 y 35 personas, una cifra que la Hermana Magdalena espera que aumente en las próximas semanas porque «hay mucha necesidad». El centro mantiene también su equipo de voluntarios, aunque en estos momentos solo tres están operativos porque el resto son personas mayores consideradas colectivos de riesgo.

El comedor social se mantiene con las aportaciones de los socios, las donaciones de particulares, entidades y colectivos como las cofradías, y también la ayuda municipal. En estos dos meses se ha optado por no cargar las cuotas a los socios.