La iglesia pacense rindió este sábado homenaje a los fallecidos de la pandemia del coronavirus con la celebración de un funeral en la Catedral Metropolitana de San Juan Bautista, presidido por el arzobispo de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, Celso Morga, quien concelebró con un veintena de sacerdotes una misa en la que cantó el Coro Catedralicio Francisco Barroso. Entre los sacerdotes concelabrantes se encontraba Javier Aguas, capellán del Hospital Universitario de Badajoz, que padeció el coronavirus, ya recuperado, y que realizó la lectura del Evangelio.

A la celebración, para la que se adaptó la catedral con el fin de respetar las medidas de protección, se invitó a participar a 150 personas -dos por banco y en sillas individuales-, número adecuado para mantener las medidas de distanciamiento social -la capacidad del templo es de 800 asistentes sentados-. Entre ellas se encontraban representantes de las víctimas y sus familiares, de colectivos y trabajadores considerados esenciales en el estado de alarma y autoridades.

Asistieron el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso; el subdelegado del Gobierno en Badajoz, Francisco Mendoza, entre otras autoridades, además de mandos militares y de las fuerzas de seguridad.

La celebración se enmarcó en la Jornada por los afectados por la pandemia, que a propuesta de la Conferencia Episcopal se lleva a cabo durante este fin de semana en diversas diócesis, «en ofrecimiento por el eterno descanso de todos los fallecidos y el consuelo y esperanza de sus familiares». Además, se agradeció «el trabajo y el sacrificio de tantas personas durante la pandemia» y se rezó «por los mayores y las residencias de ancianos».

Colectivos

Entre los colectivos representados se encontraban sanitarios, bomberos, Protección Civil, personal de supermercados, fuerzas de seguridad, farmacéuticos, Cáritas, Cruz Roja, Hermanitas de Ancianos Desamparados, comedores sociales, residencia DomusVi, Banco de Alimentos, El Corte Inglés, Caja Rural, cofradías y capataces, Servicio de Cementerios, Limpieza y Recogida de Basuras, agricultores, ganaderos y medios de comunicación, entre otros.

Morga manifestó en su homilía que «este funeral no es solo un homenaje a quienes murieron a causa de la pandemia, sino, sobre todo, es la oración más excelente y eficaz que tenemos en la Iglesia: la Eucaristía». También expresó su agradecimiento «a todas las instituciones sanitarias sociales, militares y de orden público y a las personas que en estos meses se han puesto al servicio de todos, exponiendo incluso sus propias vidas».

Además, recordó de manera especial a los ancianos que han fallecido en estos meses: «Muchos de ellos han ayudado en la construcción de la España moderna que hoy disfrutamos. Nos dejaron y les dimos un adiós, casi, en la clandestinidad. Esto, para sus familiares directos, fue un hecho de profundo dolor», dijo.