Si hay un testimonio de amor y de solidaridad entre una pareja, ese bien puede ser el de José Moreno Costillo, de 86 años, e Isabel Albano Coello, de 84. Naturales de Badajoz, vivieron 40 años en Sevilla, donde él trabajo como conductor de autobuses de línea regular. José Moreno es residente fijo en el hotel Río, «para estar cerca de mi esposa». Ella es Isabel Albano, «esta internada con alzheimer en una residencia que se encuentra casi enfrente» del hotel donde él tiene su residencia habitual desde hace dos años.

Ahora, por el confinamiento impuesto por el covid-19, no puede ir a verla en persona cada día como ha estado haciendo cotidianamente, por lo que está aprendiendo a comunicarse con ella por videollamada, con ayuda del personal del hotel.

Tras retirarse del mundo laboral después de 40 años de trabajo al volante de un autobús en Sevilla, José Moreno volvió con su esposa a su Badajoz natal para vivir aquí su jubilación.

Ella tiene alzheimer desde hace cinco años y requiere cuidados en una residencia, así pues, «como somos los dos solos, no tenemos hijos y ella tiene que estar en la residencia, vendí la casa y todo lo que tenía para venirme a vivir justo enfrente de donde está ella para poder ir a verla todos los días, y así lo he estado haciendo hasta que llegó la orden esta de aislamiento; iba por la mañana y por la tarde», cuenta.

La pareja también se ve afectada por las medidas impuestas a raíz de la declaración del estado de alerta a causa del covid-19. Él no puede salir para ir a la residencia a ver a Isabel, pero desde que empezó el aislamiento hablan y se ven todos los días por videollamada.

Lo hacen con la ayuda de una trabajadora del hotel, que no deja de animarlo, de hablar ella también con la mujer y de prometerle que irá a conocerla «cuando todo esto termine».

José Moreno responde cuando se le pregunta si Isabel lo conoce, que «tiene 84 años y alzheimer pero sí, sí que me conoce». Y añade: «Hablamos, todos los días». Además, explica: «Llevamos 58 años casados, solo la tengo a ella y quiero estar con ella, por eso vivo aquí; porque así no tienes que hacer la compra ni arreglar la casa, tengo todo el tiempo para estar con ella». José cuenta los días para poder acudir a su cita diaria con su esposa, Isabel.