Casi el cien por cien de la construcción ya se puede poner en marcha. El pasado 12 de abril el sector retomó la actividad, pero solo de forma parcial porque se mantuvieron vetadas todas aquellas actuaciones que se llevaran a cabo en edificios habitados. Solo se permitían intervenciones de urgencia (como las derivadas de una avería), o aquellas en las que vecinos y trabajadores pudieran utilizar accesos independientes. Eso dejó en dique seco al sector de las reformas, que ahora mismo supone la mitad de las actuaciones, y que además emplea a la mayor parte de las empresas de menor tamaño. Hay más de 16.000 empresas vinculadas a la construcción en la región, según los últimos datos del INE, de ellas, muchas constructoras que se especializaron en reformas para superar la crisis del ladrillo .

La limitación para estos se ha levantado casi por completo ya esta semana con la orden ministerial que se publicó el domingo en un BOE extraordinario y que entró en vigor ese mismo día: se pueden iniciar obras en edificios habitados, siempre que la vivienda o el local en el que se actúa no esté ocupado y que los trabajadores cumplan una serie de medidas de protección como evitar un continuo trasiego por las zonas comunes. Para eso último, si es posible habilitar un acceso específico para los albañiles, se deberá llevar a cabo, y en caso contrario, será obligatorio que los trabajadores únicamente transiten por las zonas comunes al inicio y al final de la jornada laboral (equipados con guantes y mascarillas). En línea con eso, también se establece que la entrada de los materiales se haga de forma preferente por la calle y que en todos los casos se adopten «las medidas de prevención e higiene frente al covid-19».

Importante

«Falta que se clarifiquen algunos conceptos, pero no cabe duda de que esto da aire al sector. Porque una parte importante de la construcción, que aglutina a muchas empresas pequeñas y a muchos trabajadores, se había quedado parada desde el 12 de abril por este motivo», valora Joaquín Sánchez, secretario General de la Federación de Empresarios de la Construcción de Cáceres. Entre las dudas que genera, si se pueden acometer reformas en casas habitadas siempre que los usuarios no estén en el interior al mismo tiempo.

También consideran este cambio un «alivio» para el sector en la Federación Regional de la Pequeña y Mediana Empresa de la Construcción (Pymecon). De hecho, desde que se diera a conocer el veto inicial, trasladaron una petición vinculante a la Delegación del Gobierno que se recoge en esencia en la orden ministerial. «Teniendo en cuenta que las promociones de vivienda nueva se concentran en la ciudades de Cáceres y Badajoz, las reformas son la principal actividad de muchas empresas en la mayor parte de la región», dice José Luis Iglesias, gerente del colectivo.

Ambas organizaciones coinciden en que esta medida ya permite tomar impulso al sector, aunque aún quedaría por reactivar la licitación pública, que sigue parada. «Hay procesos terminados y es importante que se reanude la obra pública, que al menos podamos ir trabajando en ofertas», sostiene Iglesias. Recuerda que este sector puede absorber parte del impacto de la crisis del coronavirus en el sector servicios.

«El problema es desplazar a los trabajadores, pero ya nos estamos preparando para volver»

«Hemos empezado a organizar esa semana y estaremos en marcha la próxima», dice Alfonso Pereira, responsable de la empresa cacereña Práctico, que tiene en la reforma de inmuebles una parte de su facturación. En su empresa hay siete trabajadores y el día 14 de marzo activó un erte que mantiene aún porque no han podido retomar todavía la actividad. Esperan hacerlo la semana que viene con algunas intervenciones que dejaron a medias en marzo y eso que dice que la redacción del BOE plantea algunas dudas. «No sabemos si la vivienda tiene que estar vacía en el momento de la obra o si debe estar deshabitada. Seguimos moviéndonos en la incertidumbre y eso no es bueno en un sector que viene de una crisis importante que aún no se había superado. Esperamos que la situación se clarifique esta semana», afirma. Y junto a eso, recuerda otro problema: «no es fácil desplazar a los trabajadores con las restricciones que sigue habiendo en los vehículos. Pero necesitamos trabajar», insiste.